“Después de la libertad de obrar solo, lo más natural al hombre es la de combinar sus esfuerzos con los de sus  semejantes y obrar en común”. Alexis de Tocqueville.

A. Un gobierno que no concuerda con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC).

En el 2022 se cumplen cuatro años del actual gobierno, y su desdén por las OSC se ha recrudecido, no únicamente en palabras entonadas con arrebato, sino sus acciones han ido más allá, desapareciendo y/o reduciendo partidas presupuestales para cualquier programa que esté orientado a estos organismos. Y no ha parado ahí, sino además ha “exigido” a gobiernos extranjeros que no den apoyo de ninguna especie a las OSC; la respuesta del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica fue un tajante “no” a la “demanda” de López Obrador.  

B. Significado de la 4ª Transformación para las OSC.

En este sexenio gubernamental (2018-2024) hay un claro escenario de cambio, o como el Ejecutivo Federal en México lo enuncia es la “4ª Transformación”, refiriéndose al modelo económico, político y social, que influirá en las políticas públicas y actividades económicas, políticas y sociales del país, incluso, se prevé, por analistas un factible proceso de nacionalización de algunos sectores y drástico abandono de la participación del gobierno en sectores donde hay injerencia de cualquier organismo no gubernamental (ONG´s), situación que ya se vive en acciones referidas a guarderías infantiles, casas de protección a mujeres violentadas, medicamentos para niños con cáncer, acciones contra la corrupción e impunidad y otros más. Son todas aquellas actividades en las que gobiernos anteriores cedieron y fortalecieron el  espacio de actuación de la sociedad civil, ello a través de organismos autónomos y los propios de la sociedad civil organizada.

El escenario es de una determinante participación del gobierno teniendo como objetivos: priorizar a las clases más desprotegidas, retomar la participación del gobierno en sectores estratégicos, combatir la corrupción, contar con un gobierno austero, lo cual es muy importante, pero de ninguna manera, a nuestro entender justifica el sacar del escenario a la sociedad civil organizada. 

Como personas y como empresas nos encontramos en una etapa de identificación de las acciones que más convienen para seguir adelante; sin duda se trata de dos transformaciones contrapuestas, las que debemos observar y analizar para que decidamos cuál de ellas se acerca a nuestros deseo del México que queremos y en el cual podamos o deseáramos navegar con seguridad, libertad y en democracia.

C. Los dos Modelos de economía.

1. La 4ª Transformación que impulsa el actual Gobierno Federal mexicano está orientada al mercado interno sobre el externo, a disminuir todo aquel gasto que no esté orientado a la población de manera directa; al desprecio a las energía verdes, a la ciencia y la tecnología, y en especial a la digitalización, así como el desprecio hacia los integrantes de las llamadas “clases medias” y todo lo que de ellas provenga, y por supuesto a los medios de comunicación que nos les favorecen con su actividad editorial. En concreto un modelo de país estatista de los años 50’, 60’s del siglo XX, que se ajusta a un nacionalismo que raya en el chauvinismo. 
2. El modelo en el que nosotros creemos es el de un país orientado hacia una legítima democracia en un estado de derecho, sin corrupción, que se desarrolle y logre fortalecer en una economía de mercado de un mundo globalizado, hacia la modernización y transformación digital, generando riqueza y distribuyéndola justamente, viendo por los más desprotegidos; un proceso que llevamos viviendo y fortaleciendo desde finales de los 80´s del siglo XX a la fecha.

Son dos modelos contrapuestos, con múltiples variables, que nos obligan, por lo pronto, a repensar la forma en cómo las organizaciones de los sectores público, privado y sector social pueden operar y subsistir, mientras transcurre esta “tempestad política, económica, financiera y social sexenal”. 

D. ¿Qué hacer por el momento?

El adverso proceso de transformación y su modo de gobernar, nos obliga en el ámbito de las OSC a requerir a nuestros voluntarios, asociados, colaboradores internos y en general los llamados “stakeholders” o “partes interesadas”, acciones desde una posición firme y razonada bajo la exigencia de operar con austeridad, transparencia y cero corrupción; el reto estará en combinarlo con la búsqueda de la eficiencia, eficacia, calidad con orientación a la productividad y resultados, lo cual conlleva a tener presente un enfoque de responsabilidad social, ciudadana y ambiental con sentido humano y un sistema educativo acorde a dichas acciones. 

No bastará que los “stakeholders” o “partes interesadas” sepan cómo resolver un problema, es exigible que entiendan a la perfección al sector que atienden e ir en coalición con otras OSC con los nuevos paradigmas; en contrapunto, las OSC que no se actualicen o no entiendan esta evolución con sentido colaborativo dejarán de cubrir las expectativas de sus asociados o de su población objetivo y sin duda dejarán de existir.

Hoy se exige que replantemos las variables y paradigmas con los que hemos operado, estando seriamente obligados a conocer a fondo el contexto en el que se movilizará el país, el cual ya se “proclama en el horizonte”, y de esta manera establecer nuevas estrategias y tácticas que a su vez generen un perfil diferente de organizaciones, así como de asociados, voluntarios y colaboradores internos y externos lo que pudiera ser una de las formas de sobrevivir a esta transformación; una más en la historia de México.

El país ha vivido fuertes transformaciones, no obstante, sigue en pie, y con un potencial inmenso, depositado en sus recursos y en su población. Somos testigos, en estos tres años del actual gobierno, que va decidido a todo y no se detendrá en sus propósitos; sus acciones están respaldadas por una alta legitimidad que no tiene discusión en un escenario democrático; a pesar de ello “hay un llamado a salvaguardar a los Organismos de la Sociedad Civil” 

E. ¿Cómo puede la sociedad civil garantizar su participación en actos de gobierno y su fiscalización? 

La hipótesis que defiende este texto es que, para garantizar sus derechos y cumplir con sus obligaciones y responsabilidades, es necesario que las organizaciones de la  sociedad civil (OSC) piensen y actúen, como bien se dice, “fuera de la caja” y que estén coordinadas para poder actuar con libertad y con la fuerza del derecho que les da el vivir en democracia.

Las OSC son un poderoso medio de pedagogía política, económica y social para sus agremiados, voluntarios, colaboradores, y para la sociedad en general, especialmente para todos aquellos individuos o grupos que tienen interés e impacto en su operación, acciones y resultados (stakeholders), especialmente en una sociedad en la que la confianza ronda por los suelos, por lo que en tiempos de arrebato gubernamental debemos salvaguardarlas dado que son indudablemente forjadoras de una cultura económica, asociativa y cívica. 

Reflexión

Ya hemos abordado con anterioridad el tema referido al fortalecimento de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), y con él la cultura del riesgo y el liderazgo. Ahora se hace inevitable ahondar en la variable referida a la “protección” fundamentada en el derecho y en una adminitración eficiente, eficaz y de calidad, todo esto para enfrentar retos o embates internos y externos que impidan a las OSC cumplir con su propósito, lo que significa la forma de blindarse en tiempos de desprecio gubernamental.

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