Santiago, Chile.- Nos hemos ido acostumbrando a utilizar el término Social Media asociándolo a redes sociales, pero la verdad es que caemos en un error. Una estrategia digital, por ejemplo implica muchas otras plataformas y conceptos asociados a un proyecto de marca.
Social Media está obviamente basado en “lo social”, pero ese concepto abarca sitio web, e-mail marketing, redes sociales, aplicaciones y todo lo que implique colaboración, comunicación y relaciones de negocios a nivel colectivo. Si esto queda claro, será más fácil emprender la tarea de planificar una estrategia.
Lo importante de lo anterior es que además nos da un buen argumento para una estrategia digital. Si ésta sólo estuviera basada en un área, es probable que fuera considerada como un “detalle” que puede o no ser importante para el cliente. Al mostrar la relevancia de la cobertura y alcance de Social Media, la idea crece, no sólo para la marca sino también para el consumidor. De hecho, los contactos y sus posibilidades se amplían en forma potente al considerar la estrategia, abarcando algunas de las áreas antes mencionadas.
Asimismo, el cliente debe comprender que el total de las herramientas que se utilizarán en la campaña apuntan a conseguir resultados que tomarán un tiempo, pero que de conseguirse serán no sólo duraderos sino constantes, en la medida que se siga reforzando la estrategia.
Junto con esto, el miedo latente, por parte de los gerentes y encargados de las compañías, a “malos comentarios” que pudieran surgir en redes sociales, por ejemplo, podrán ser disminuidos al considerar que el foco no sólo está puesto en dichas redes sino que el objetivo es otro mucho más potente: el posicionamiento y enriquecimiento de la marca en el ámbito digital y por consecuencia también en el “mundo real”.