Internacional.- Si bien no existe una fórmula infalible que asegure el éxito de un producto independientemente de la industria de la que hablemos, dentro del mundo de los videojuegos el éxito es mucho más complicado de alcanzar, incluso al contar con personajes tan populares como Mario; sin embargo, cuando un juego llega a ser exitoso todos querrán sumarse a dicho éxito…siempre y cuando la franquicia lo permita como en el caso de Smash Brothers.

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Desde la aparición del primer juego de la serie en 1999 (Super Smash Brothers), éste se ha convertido en una de las cartas fuertes de Nintendo, incluso Super Smash Brothers Melee (segundo juego de la franquicia) logró ubicarse como el juego más vendido en la historia del extinto Game Cube.

Pese al éxito que la franquicia ha alcanzado en sus 16 años de existencia, en un inicio el juego únicamente estaba contemplado para el mercado japonés, situación que rápidamente cambió ante la gran respuesta de los videojugadores, quienes se mostraron sumamente contentos de poder enfrentar a su personajes favoritos en un mano a mano.

Pero el éxito de Nintendo no pasó desapercibido por el resto de las desarrolladoras de videojuegos, siendo Sega y Konami las primeras en solicitar un espacio dentro del roster de peleadores mismo que les fue concedido en 2008 dentro de la versión de Wii con la aparición de Sonic y Solid Snake respectivamente.

Situación similar sucedió en las últimas dos versiones del videojuego (Wii U y Nintendo 3DS) las cuales contaron con participación de dos de los personajes más queridos de Namco y Capcom, Pac-Man y Mega Man, respectivamente.

Sin embargo, Namco, Capcom, Konami y Sega no fueron las únicas compañías que se percataron del éxito de Nintendo, pues uno de sus grandes rivales (Sony) intentó hacer lo mismo con sus propias franquicias (así como la ayuda de EA, Capcom, 2K, entre otros), dando origen a PlayStation All-Stars Battle Royale, juego que no contó con el mismo éxito.