Se estima que en 2016 se vendieron 38 millones de smartwatches en todo el mundo y, pese a que las ventas sufrieron una desaceleración importante respecto a años anteriores, las proyecciones apuntan a que para 2018 se habrán colocado 141 millones de unidades, de acuerdo con datos de Gfk.

Este tipo de datos y la tendencia de los consumidores a vivir cada vez más conectados, son algunas de las principales razones que motivan a las marcas a no dejar de lanzar modelos con la finalidad de conquistar a sus públicos meta.

Una marca que se suma a este segmento es New Balance que, junto con Intel acaba de lanzar su smartwatch, diseñado con el objetivo de ofrecer a los runners un dispositivo con el que puedan recopilar sus estadísticas al correr y escuchar música al mismo tiempo.

Se trata del New Balance RunIQ, un modelo de reloj inteligente que permitirá sincronizar los datos con la plataforma Strava, además cuenta con compatibilidad con Google Play Music, pulsómetro, GPS y batería de larga duración, entre otras características.

En un mercado ya muy competido, el posicionar nuevos modelos de smartwatches resulta complicado. Una forma que tienen las marcas para lograrlo es a través de un co-branding, de esta forma pueden potenciar el valor de un producto y aumentar rentabilidad y destacar valores complementarios de las mismas.

El de New Balance tiene una misión complicada, ya que recientemente entró al mercado el el Apple Watch Nike+, del que incluso Nike ya tiene activa una campaña de publicidad activa para impulsar su posicionamiento.

A esto se suman actores como Samsung con su serie Gear -segundo en el mercado, detrás de Apple-, y a nuevas marcas como Google, que este año lanzará dos smartwatches Android Wear 2.0.