Según los estudios que han inspirado a su inventor, los españoles se encuentran entre los más propensos a cometer infidelidades en Europa, así que para evitar esta situación (o al menos para enterarse de la misma en ciertos entornos) José Antonio Muíño, de Durmet, ha ideado un colchón que además de su función habitual, es capaz de detecta y avisar si se ha desarrollado actividad sexual sobre él.
Para cumplir con esta propuesta se utiliza el sistema de detección (Lover Detection System), cuyo autor es el ingeniero Iván Miranda, quien ha colocado en el interior del colchón, 24 sensores ultrasónicos distribuidos que se distribuyen en seis columna y cuatro filas que se encargan de procesar los datos de movimiento que luego son analizados por un algoritmo con el que se determina si se trata de movimientos relacionados con la actividad sexual.
Si se detectan dichos movimiento se transmite un alerta al usuario a través de la aplicación especifica, gracias a la cual también se puede tener acceso incluso al historial del colchón.
Según han señalado sus creadores, la clave está en la identificación de la actividad, pues ha sido necesaria una gran cantidad de pruebas para determinar que efectivamente se trata de actividad sexual, y no de niños saltando en la cama.
El modulo de comunicación y los sensores son alimentados por una batería extraíble que le brinda una semana de autonomía tras la cual se recarga por USB.