Con ocasión de cumplirse un nuevo aniversario del Día Internacional del Trabajador, en un año muy confuso por todo lo que ha traído como consecuencia el coronavirus, la incertidumbre de éxito en los procesos de vacunación en la mayoría de los países, el nacimiento de nuevas Cepas del virus, la tercera Ola de contagio, la cual en palabras del presidente de la Organización Mundial de Salud ha sido la más fuerte a nivel de infecciones desde que nació el Covid-19.
Ante quizás una de las más fuertes crisis económicas mundiales ocasionadas por el confinamiento que casi a nivel mundial se decretó y se sigue ordenando como medida inmediata para contener la propagación del virus, quise escribir esta semana acerca de la situación actual del desempleo en el mundo y en nuestra región, y cuáles, según mi opinión podrían ser algunas de las medidas a implementar para ayudar a los ciudadanos bajo situación de desempleo y a la vez reactivar más rápidamente las economías o al menos disminuir los efectos negativos que el virus ha traído.
Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a la fecha hay 187,7 millones de personas desempleadas en el mundo, con proyección de cierre para final de año de 193,7 millones, de los cuales 77,8 millones serían mujeres y 115,9 millones, hombres.
De las cifras de desempleo actual, analizando las estadísticas de datosmacro.com destacan Sudáfrica con 32,5 por ciento, Grecia 15,8, España 15,3, Italia 10,1, Zona Euro 8,1, Colombia 9,7, Argentina 8,5, Chile 7, EE. UU 6 y México siendo uno de los más bajos con 3,9 por ciento.
Si hablásemos de género, y según la OIT y datosmacro.com, los más resaltantes a nivel desempleo de hombres versus mujeres son: Sudáfrica 31 por ciento y 34,3, respectivamente, España 13,4 y 17,4, Grecia 12,8 y 19,5, Italia 9,2 y 11,4, EEUU 6,2 y 5,9, Zona Euro 7,7 y 7,3, Colombia 7,6 y 12,9, Chile 7,5 y 7,3, Argentina 10,2 y 12,2, y México con 4 y 5,9 por cieto respectivamente.
Si a esto le sumamos el hecho de que según proyecciones de la Comisión Económica para Latinoamérica y El Caribe (CEPAL) a raíz del Covid-19 más de 2,6 millones de Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MiPymes) se verán obligadas a cerrar sus puertas en nuestra región, siendo que las MiPymes son las responsables del 28 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, representan el 90 del total de las empresas y además si agregamos el hecho de que según la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la CEPAL más de 8 millones de personas pasarían a sumar parte de la tasa de pobreza extrema en la región para alcanzar cerca de 78 millones en total, nos encontramos ante una situación desesperanzadora en la cual los gobiernos de Latinoamérica y El Caribe deben trabajar fuertemente en generar oportunidades de empleo y propiciar acciones para la pronta reactivación económica.
Lo primero que debemos tener claro de todo lo antes expuesto es que ya los ciudadanos de cada país han sido y están siendo golpeados de manera intempestiva y abrumadora por la situación mundial actual, por lo que debe tenerse como prioridad que lo último en afectarse con medidas económicas, fiscales o tributarias deberían ser las personas, ya que su nivel de tolerancia es bajo; muestra de esto son las protestas que se han llevado a cabo en Colombia por el Proyecto de Reforma Tributaria que aumentaría los impuestos y disminuiría calidad de vida de los ciudadanos.
Lo segundo es apoyar a las MiPymes financieramente para que puedan reactivar sus empresas y generar empleos. Para que estos financiamientos tengan validez, los gobiernos deben ordenar a los entes supervisores de los bancos y entidades financieras la flexibilización de los procesos burocráticos de la banca tradicional de manera que se generen condiciones especiales de requisitos, garantías, tasas de interés y plazos de pago.
Lamentablemente en la mayoría de los países de la región, las ayudas económicas otorgadas en la primera Ola llegaron sólo a grandes empresas porque ya tenían un récord crediticio o historial financiero y las MiPymes quedaron excluidas de ello, lo que como ya se dijo traería como consecuencia el cierre de muchas.
La creación de departamentos de asesoría y seguimiento a las MiPymes en los bancos y en los organismos de financiamiento podría ser una estrategia que ayudaría enormemente al repago de las deudas y a lograr el éxito de dichas empresas.
Las condiciones del mundo actual pudieran requerir el acudir a los organismos internacionales de financiamiento para captar fondos y destinar los mismos a dar recursos retornables a las MiPymes, así como a ayudar a los estados a cubrir los huecos fiscales derivados de la redistribución de sus presupuestos a atender las emergencias derivadas del Covid-19.
Acelerar y ser eficientes en los procesos de vacunación sería una alternativa importante para garantizar una reactivación constante y mantenida en el tiempo, ya que lamentablemente en nuestros países estos procesos han sido poco eficientes e inciertos.
Por último, atacar la corrupción a todos niveles quizás se convertiría en el mejor aliado de los gobiernos para poder destinar los fondos que se obtengan o de los que se disponga de manera real a los puntos neurálgicos de cada país para lograr una pronta reactivación de la economía, al tiempo en que se aminoren los efectos negativos de la crisis.
Por James Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate.
