Internacional.- Cuando Holly Jacobs (Nacida como Holli Thometz) compartió con Ryan Sean, su pareja de entonces, fotografías de ella desnuda, jamás pensó que un día éstas serían viralizadas en la red como una venganza de parte de su, ahora ex novio. Y lo que en un momento creyó que sería sólo un mal rato, se convirtió en una pesadilla.
Una noche cualquiera, una amiga de Holly le avisó que su foto estaba en Internet. Pocas semanas más tarde, como informa un amplio reportaje en Emol, descubrió que las imágenes habían sido subidas, con nombre, apellido y mail, al sitio Revenge Porn (Venganza Pornográfica). Entonces comenzó a pasar gran parte de su tiempo intentando que bajaran las fotos de ese y otros sitios en que habían sido publicadas. Más tarde comenzó a crear sitios con “fotos normales”, para que éstas aparecieran en los primeros lugares de los buscadores y así fue entregando parte de su energía a combatir a su enemigo.
Años más tarde, Holly Jacobs consiguió ayuda legal y junto con ella recibió un respaldo emocional que la hizo tomar una importante decisión. Abrió su caso al mundo para prevenir a las mujeres sobre lo que puede suceder si se comparte material erótico por medios tecnológicos. Pero no se quedó ahí sino que levantó un sitio para otorgar ayuda concreta a las mujeres que lo requieran: End Revenge Porn
El sitio contiene una serie de testimonios de chicas, la invitación a pedir ayuda – muy importante en casos de acoso- enlaces para apoyo legal y psicológico, entre otras secciones. Junto con lo anterior, se dispone de un formulario para firmar una petición con el objeto de terminar con el sitio que da origen a esta pesadilla conjunta.
Además de destacar el sitio por la labor que realiza, es interesante insistir en el rol y el uso de la tecnología. Como todo en la vida, dependerá de quién y cómo sea utilizada, para que ésta otorgue al mundo un beneficio o sea causa de daño.
También es un llamado a conversar el tema con las familias, en especial con los jóvenes que siempre piensan que ciertas cosas no les sucederán nunca a ellos. Y sí, en tiempos de Internet y redes sociales, todo es público y cualquier indiscreción puede tener desagradables consecuencias en nuestras vidas.