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Espera vender 5,2 millones de vehículos en todo el 2018, frente a una expectativa previa de 5,5 millones
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La salida de Ghosn y los problemas “maritales” con Renault están entre las causas
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La empresa está inmersa en un plan de reestructuración y en diciembre debuta un nuevo CEO
El trabajo que deberá hacer Nissan para recuperarse será titánico.
Es que 2019 se ha convertido en una verdadera pesadilla para la marca nipona luego de la escandalosa salida del CEO, Carlos Ghosn, y de la fallida compra de Renault por parte de FCA, supuestamente, por impedimentos que puso Nissan, que tiene una alianza de casi 20 años con la marca francesa.
A esto hay que sumarle complicaciones comunes a todos los fabricantes de carros, que deben lidiar con los cambios en las regulaciones luego del dieselgate de VW y con el avance de los nuevos impulsores eléctricos, tecnología que todavía nadie termina de dominar del todo.
En este contexto adverso, Nissan Motor Co informó este martes en Japón una caída de ganancias del 70% y redujo su perspectiva para todo 2019 a un mínimo de 11 años, afectada por una considerable caída de las ventas.
Tras la salida de Ghosn, en noviembre de 2018, Nissan se ha visto golpeada por una baja trimestre tras trimestre de beneficios. Los analistas citan a la incertidumbre sobre cómo podrá suplantar al exitoso ex CEO y a las ya mencionadas tensiones con su principal socio, Renault.
La utilidad de operación para el segundo mayor fabricante de automóviles de Japón (sólo superado por Toyota) alcanzó los 30 mil millones de yenes (US$ 275 millones), una fuerte baja respecto de los 101,2 mil millones de yenes de 2018.
De esta forma, Nissan redujo su pronóstico de ganancias para todo el año en un 35%, hasta los 150 mil millones de yenes. Eso marcaría su peor desempeño anual en 11 años, según cálculos de Reuters.
Espera vender 5,2 millones de vehículos en todo el 2018, frente a una expectativa previa de 5,5 millones.
Cambios en Nissan
Para revertir la situación, Nissan ya anunció que desde diciembre tomará las riendas Makoto Uchida, de 53 años. El actual jefe del negocio en China será el próximo director ejecutivo.
El fabricante de automóviles nipón está en medio de un plan de reestructuración global a través del que espera recortar casi un 10% de sus empleados y reducir la producción mundial de vehículos en un porcentaje similar hasta 2023. El objetivo: controlar los costos que, según dijo la marca, se dispararon cuando Ghosn fue CEO.
Las ventas de Nissan cayeron en casi todos los mercados. En Japón, por ejemplo, disminuyeron un 1,3% (hasta 281.000 unidades). En los Estados Unidos registró una caída del 4,3% (hasta 679.000 unidades) y en el europeo, del 19,7% (hasta 265.000 automóviles).
En otros mercados, como Asia, Oceanía, Latinoamérica, Oriente y África, las ventas de Nissan cayeron un 11,4% (hasta 360.000 unidades).
Sólo en China pudo sostener las ventas: vendió 718.000 automóviles, casi lo mismo que en el periodo de 2018. Esto le permitió mejorar un 0,8% su cuota de mercado en el gigante asiático (tiene el 6,2%).
Ghosn está acusado por la justicia japonesa por una serie de actividades relacionadas con su remuneración y con pagos realizados por la empresa. Desde que fue detenido, negó todos los cargos. Permanece en libertad bajo fianza mientras se prepara para un juicio que se espera se inicie a principios de 2020.
Como resultado del arresto, Nissan comenzó una investigación sobre las fallas en la organización que estuvo dirigida por Ghosn durante 18 años.
Los resultados de esa investigación llevaron a la compañía japonesa a prometer cambios importantes en forma de trabajar, además de costarle millones en pérdidas por crisis de marca y gastos en estudios de abogados.