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Este proyecto tiene como objetivo abordar las barreras lingüísticas que enfrentan estas comunidades y crear una solución que facilite una comunicación más inclusiva en diversos contextos.
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A través de este proyecto, SignGPT busca marcar un hito en la creación de tecnologías inclusivas, ayudando a construir una sociedad más accesible y equitativa para todos.
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SignGPT no busca reemplazar a los humanos, sino crear una herramienta tecnológica que permita una mejor integración de las personas sordas en la sociedad y facilite su interacción con la tecnología.
El proyecto SignGPT ha sido seleccionado para recibir una importante inversión de hasta 8,45 millones de libras del Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas del Reino Unido. Este financiamiento permitirá a un equipo de investigación multidisciplinario, liderado por la Universidad de Surrey, desarrollar una tecnología innovadora de inteligencia artificial diseñada específicamente para la comunidad sorda. El objetivo es crear un modelo de lenguaje extensivo (LLM) que facilite la traducción entre el lenguaje hablado y el lenguaje de señas, superando uno de los desafíos más complejos de la traducción automática.
Como contexto, en agosto de este año, como parte del estudio “European Tech Insights” de la IE University, se preguntó a más de 3 mil encuestados en diez países europeos acerca de qué grupos creían que podrían ser más discriminados por la inteligencia artificial generativa. La intención de la pregunta era discernir qué grupos demográficos se percibían como más propensos a sufrir discriminación por parte de la IA. La pregunta se formuló de manera que permitiera una amplia variedad de interpretaciones. Por ejemplo, algunos encuestados podrían haber tenido en mente aspectos más concretos relacionados posiblemente con el hardware, como el acceso a programas de inteligencia artificial, un tema que afecta principalmente a generaciones mayores.
Según los datos del estudio fueron los adultos mayores el grupo más vulnerable a la discriminación por parte de la inteligencia artificial (IA) en la mayoría de los países incluidos en el estudio, con porcentajes más elevados (en promedio, el 35 por ciento en los diez países) que, por ejemplo, las minorías étnicas o las personas con discapacidades. En segundo lugar en cuanto a posibilidad de discriminación se encuentran las personas de bajos ingresos, puesto que el 22 por ciento de los encuestados en todos los países sugiere que podrían ser objeto de discriminación. Por otro lado, solo el 8 por ciento de los participantes en la encuesta considera que las mujeres podrían ser víctimas de discriminación por parte de la IA. Es importante destacar que estos datos reflejan percepciones y no necesariamente la realidad objetiva de la discriminación provocada por la IA.
SignGPT logra apoyo económico para crear una IA inclusiva
De acuerdo con la información de la Universidad de Surrey, este proyecto, que tendrá una duración de cinco años, buscará crear herramientas que traduzcan de forma automática el lenguaje hablado a un lenguaje de señas fotorrealista, así como transformar vídeos del lenguaje de señas a lenguaje hablado, una tarea que aún no se ha resuelto satisfactoriamente. Para lograrlo, el equipo de SignGPT está compuesto por expertos de varias instituciones, incluyendo la Universidad de Surrey, la Universidad de Oxford, y el Centro de Investigación del Lenguaje y la Cognición de la Sordera del University College de Londres, quienes trabajarán de la mano con miembros de la comunidad sorda y sus principales interesados.
El profesor Richard Bowden, investigador principal del proyecto, explicó que SignGPT no pretende reemplazar a los humanos, sino proporcionar herramientas tecnológicas que permitan a las personas sordas acceder a la información de manera igualitaria y facilitar la comunicación fluida entre el mundo sordo y el oyente. Según Bowden, “En lugar de ver la tecnología como una barrera, nuestro enfoque está en utilizar la inteligencia artificial para empoderar a las personas sordas y mejorar su interacción con el mundo, demostrando que la innovación tecnológica puede ser una herramienta de inclusión social.”
En la actualidad, existen alrededor de 70 millones de personas sordas o con problemas de audición en todo el mundo, muchas de las cuales utilizan el lenguaje de señas como su principal forma de comunicación. Sin embargo, no existe un lenguaje de señas universal, ya que cada comunidad sorda ha desarrollado su propio sistema lingüístico a lo largo de los años, con estructuras y gramáticas únicas.
El equipo de SignGPT también resalta la importancia de garantizar que las personas sordas no se queden atrás en la era digital, en un momento en que tecnologías como los grandes modelos lingüísticos (LLM) están transformando la forma en que interactuamos con la información.
Este enfoque pone de manifiesto el creciente reconocimiento de la inteligencia artificial como una herramienta clave para promover la inclusión y abordar las desigualdades, alineándose con la misión del Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en las Personas de la Universidad de Surrey, que se dedica a crear soluciones tecnológicas responsables y éticas para el beneficio de la sociedad en su conjunto.
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