Con el objetivo de generar mayor interés en las audiencias, la Academia Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood había anunciado en agosto pasado una nueva categoría para la premiación: la película más popular, pero aparentemente desistieron de esta propuesta, al menos hasta 2020, por lo que en la edición número 91 en 2019 no se laureará esta polémica categoría.
Decimos polémica, porque el anunció generó críticas toda vez que se trata de un premio que a lo largo de su historia ha buscado reconocer la calidad de los diferentes aspectos técnicos y artísticos de las producciones cinematográficas hechas en Estados Unidos, Reino Unidos y otras regiones de habla inglesa y no si se trata de una cinta taquillera, popular o con una temática capaz de volverse un tema de conversación.
El espíritu de los premios Oscar se ha distinguido, en efecto, por generar el interés de las audiencias en producciones cinematográficas, pero esta acción se da a partir del análisis de un amplio jurado que observa y analiza los elementos de valor que poseen las cintas.
Sin embrago, la propuesta de premiar a la más taquillera o popular cinta significaría un proceso inverso: generar interés no por calidad. Se dice que la idea de este premio surgió para atraer más televidentes, y es que según cifras de Statista, los niveles de audiencia no han sido los mejores en las recientes premiaciones: mientras 26.5 millones de estadounidenses vieron la ceremonia en 2018, 32.9 millones lo hicieron en 2017.
La primera entrega del Premio Oscar se llevó a cabo en 1929.