Hay noticias de noticias. Importantes, tontas, irrelevantes por completo, morbosas, angustiosas… Bueno, pues esta es ¡fantástica! El artista Nickolay Lamm diseñó una nueva barbie, lo sensacional es que se trata de una muñeca con las medidas promedio de una chica de 19 años. ¡Por fin! Y lo mejor de todo es que después de una campaña de Crowdfunding, este señor recolectó cerca de 100 mil dólares para producirla. Gracias, gracias, gracias Lamm.

La nueva barbie representa un cuerpo con medidas reales, proporcionadas, pelo café, poco maquillaje y no es rígida, tiene articulaciones, puede mover muñecas, rodillas, codos y pies. Ah, además promueve un estilo de vida saludable. En contraste, los creadores de la barbie tradicional defienden sus medidas con argumentos como que eran necesarias para lograr vestir las muñecas con mayor facilidad. Por favor…

Necesarias o no para vestir a las muñecas, los creadores de la barbie rubia, con cintura de avispa y ojos azules no podrán nunca calcular el daño que han hecho a varias generaciones de niñas –en todo el mundo- con la ocurrencia de crearla de proporciones corporales irreales. Miles de nosotras crecimos jugando con representaciones distorsionadas de la realidad. Seguro nuestros profundos inconscientes nos hacían sentir que las desproporcionadas éramos nosotras…

Yo jugué mucho con las barbies y ahora que lo reflexiono siempre pensaba que eran mil veces más bonitas que yo y que todas las mujeres que yo conocía, también que nadie que yo conociera tenía una cintura tan pequeña y empeines tan angostos para usar esos tacones… Creo que la nariz era lo más parecido que yo tenía a mis barbies. Eran todo lo que uno quería ser en aquella época. Pues la idea era jugar siendo un poco ellas, poniéndoles voz y proyectando en esas vidas de muñecas y carros deportivos los sueños infantiles. No sé. Mi análisis no va tan a lo psicológico.

Voy a que ahora pienso en el perjuicio tan grande que le hizo la señora barbie a mis imaginarios y a los de millones de niñas de mi generación, en términos de estándares de belleza y esquemas sociales, etc. Un día me trajeron de Canadá una barbie de pelo café… ¡Por dios! Esa tenía un elemento común conmigo y con varias de mis amigas. Fue increíble tenerla y presumirla con mis compañeras de juegos quienes sólo tenían güeras, las únicas que el mercado en Colombia importaba y ponía en los estantes…

Parece poca cosa, pero la mercadotecnia ha ido construyendo nuestras visiones del mundo, y es maravilloso que cada día estén cayendo más estereotipos sosos, sexistas y estrechos, y sobre todo en el universo de los juguetes. Hoy, entre otras, la compañía GoldieBlox se dedica a crear juguetes y juegos diseñados para que las niñas desarrollen sus intereses por la ingeniería y la resolución de problemas. También algo está cambiando en el concepto y mercadotecnia de las muñecas Bratz, que ahora sacaron unas llamadas “Muñecas poderosas” (mighty dolls), inspiradas en personajes femeninos como Dame Jame Morris, Malala Yousafzai y Frida Kahlo.

No lo niego, este tipo de noticias me hacen feliz. Pienso en mi sobrina Belén, de 5 años, y en que ni se le va a pasar por la cabeza soñar con la cintura de barbie porque está muy entretenida con una muñeca de Frida jugando a ser pintora, escultora o lo que sea, o como la vi una vez, vestida de ejecutiva con los tacones de la mamá, lista para salir a trabajar…