MƔs allƔ de los millennials, para las marcas comunicarse y conectar con el mercado que representan los niƱos se ha convertido en un objetivo de negocio a largo plazo.
En mƔs de un sentido, el segmento infantil tiene mucho que ver con las dinƔmicas actuales y futuras de consumo que dictan muchas de las dinƔmicas entre marcas y consumidores.
En este sentido, es importante mencionar los resultados de la mƔs reciente encuesta Analyst Pulse, cual indica que el 82 por ciento de los analistas consultados en AmƩrica Latina afirman que los niƱos entre 3 y 11 aƱos tienen considerable o completo control sobre las decisiones de compra.
De esta manera, vale la pena hacer referencia que en el caso particular del mercado mexicano, los hogares que cuentas con integrantes menores de 12 aƱos gastan 8 por ciento mƔs que el resto, de acuerdo con un estudio firmado por Kantar Worldpanel.
Llegar efectivamente a este mercado es especialmente retador si consideramos que se trata de una generaciĆ³n que cambia al mismo tiempo que lo hacen las nuevas tecnologĆas y cuyos hĆ”bitos asĆ como preferencias ya no son las mismas de hace apenas un par de aƱos.
De esta manera, para las marcas no bastarƔ con integrar a sus empaques el personaje de moda o regalar un pequeƱo juguete en la compra de sus productos. Las exigencias del mercado infantil estƔn cada vez mƔs alejadas de estos convencionalismos.
AsĆ lo comprueba el estudio Medios niƱas, niƱos y adolescentes, realizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), cuyas conclusiones determinan que las caricaturas y programas infantiles han dejado de ser los productos televisivos favoritos de los niƱos mexicanos.
De acuerdo con la ConfederaciĆ³n de CĆ”maras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, tan sĆ³lo en 2016 durante las celebraciones del DĆa del NiƱo, los rubros de esparcimiento, restaurantes, ropa y calzado tuvieron un crecimiento estimado de 4 por ciento; 3.9 por ciento; 3.2 por ciento y 3.3 por ciento, respectivamente.
Dicha investigaciĆ³n indica que los pequeƱos del hogar invierten en promedio 4 horas con 46 minutos al dĆa viendo televisiĆ³n, lo que representa una quinta parte del dĆa de los infantes.
Los horarios en los que dichos pĆŗblicos acceden a mayor nĆŗmero de contenidos televisivos es entre las 9 y 10 de la noche, en donde el canal Las Estrellas, propiedad de Televisa, ocupa el primer lugar de rating entre los niƱos.
Si bien la propuesta de dicho canal no cuenta con oferta especializada para estas audiencias, gĆ©neros como el dramatizado unitario, en el que se encuentran programas como la Rosa de Guadalupe, asĆ como el de las telenovelas, han conquistado a los espectadores mĆ”s pequeƱos.
MĆ”s allĆ” de lo controversia que puede ser el consumo de este tipo de contenidos por los mĆ”s jĆ³venes del hogar, lo cierto es que se trata de una realidad que las marcas tendrĆ”n que asumir al momento de diseƱar sus estrategias dirigidas a este sector poblacional, mĆ”s cuando al considerar que se trata de un indicador de cambio de preferencias que podrĆa tomar mayor fuerza en el futuro.