Diversos medios CNBC, hacen eco de un encuentro que sostendrán Tim Cook, CEO de Apple y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el cual hablarán de temas de comercio ante las tensiones que el país americano ha sostenido recientemente con muchos países como China.
A través su cuenta de Twitter, Donald Trump afirmo que durante la reunión hablarán “de muchas cosas, incluyendo cómo Estados Unidos ha sido tratado injustamente durante muchos años, por muchos países, en el comercio”.
Desde el inicio de su gestión, Trump ha vivido momentos tensos con la empresa propietaria del iPhone, por temas tan banales como el tamaño de la pantalla de algunos de sus dispositivos hasta asunto de mayor importancia por la decisión de Apple para no cooperar con una investigación del FBI. Un punto en el que ambas partes han encontrado un espacio de comunión se ha traducido en el plan de impuestos y la intención de la empresa tecnológica para mudar sus operaciones a la Unión Americana luego del recorte de impuestos.
Si bien será interesante descubrir lo que resultará de dicha reunión, resulta ilustrativo mencionar que las similitudes de Trump con Apple van más allá de los beneficios fiscales. De hecho, si Trump fuera una marca comercial, en definitiva sería Apple.
Looking forward to my meeting with Tim Cook of Apple. We will be talking about many things, including how the U.S. has been treated unfairly for many years, by many countries, on trade.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 25 de abril de 2018
Esto no tiene que ver con una cuestión de valores o filosofías; el punto de comunión entre ambas partes está en la manera de la que llevan su estrategia para conquistar a sus públicos meta y sacar la máxima rentabilidad de los mismos.
A inicios de este año, se estimaba que los niveles de popularidad de Donald Trump entre la población en Estados Unidos apenas alcanzaba el 35 por ciento, de acuerdo con datos de Gallup. Este porcentaje se lee como uno de los más bajos de la historia y, aunque así fuera, lo cierto es que para Trump ha resultado lo suficiente para mantener sus intereses.
Antes que buscar ser agradable para todos, el presidente de Estados Unidos ha decidido enfocarse con precisión en ese 35 por ciento de la población que, decir de una publicación de El Mundo, está formado por mujeres y hombres blancos de nivel educativo y económico medio y medio-bajo.
Esto le ha permitido crear un mercado propio que hace “rentable” su propuesta aunque no sea compartida por todos.
Caso similar sucede con Apple, marca que a pesar de no domina el mercado en términos de penetración y adopción, si lo hace cuando se trata de ganar beneficios del mercado.
Hasta el último trimestre del año pasado, la marca habría concentrado el 35 por ciento de la cuita de mercado en Estados Unidos, esta cifra quedó por debajo del 35.2 por ciento registrado por su competidor Samsung; no obstante, los beneficios obtenidos por la compañía de la manzana relacionados con la venta de teléfonos fueron siete veces mayores a los de su homologa coreana. A nivel mundial, la fórmula se repitió cuando Apple absorbió cuatro quintas partes de los beneficios del mercado.
Si bien no puede gustar a todos, lo cierto es que las estrategias casi iguales de ambos jugadores son exitosas. Tanto Trump como Apple han decidido enfocarse en aquellas audiencias que otorgan valor a sus intereses y planes de negocio, antes que apostar por conquistar al grueso de los consumidores. Quizá en una era en la que las personas demandan personalización esta debería ser la técnica a seguir.