Gracias a la llegada de nuevas plataformas de inversión, como eToro, las personas tienen la oportunidad de comprar acciones y crear portafolios con la estrategia que más les convenga. Sin embargo, aún hay una limitante importante en muchos casos: La gente, por lo general, solo puede adquirir tantos activos (o fracciones de los mismos) como su dinero lo permita. No hay, tradicionalmente, una forma en la que pueda sumar a su portafolio más herramientas.
¿Qué es un CFD?
Ante este problema, se creó un nuevo instrumento para expandir el alcance de los consumidores e inversionistas en el mercado de valores. Se llama Contrato de Diferencias, CFD por sus siglas en inglés. Estas herramientas avanzadas permiten a las personas especular sobre la subida o bajada de precios de diferentes activos, desde acciones hasta ETF y materias primas. Su ventaja es que abre la posibilidad de beneficiarse de estos cambios, sin poseer ningún activo.
Como se trata de un contrato entre el broker y la persona, no hay necesidad de comprar de forma directa el activo. Por ejemplo, si un inversionista cree que el precio de ciertas acciones va a crecer, puede abrir un CFD en posición de compra. Cuando la persona lo decida, puede vender el instrumento. La diferencia del precio de venta y compra, si es positiva, representa la ganancia que el broker debe al individuo. Si es negativa, es la deuda de la persona con el broker.
¿Cómo puede impactar en mis acciones?
Esta herramienta es muy útil para los inversionistas que quieren expandir sus posibilidades en el mercado de valores. Y es que los CFD permiten a la gente sostener posiciones con más acciones de las que podrían permitirse con su presupuesto. Esto, porque los brokers solo piden de inicio una fracción de la transacción. Por supuesto, en caso de que la especulación de precios no vaya conforme a lo esperado, se pierde la inversión inicial y la diferencia negativa.
Plataformas como eToro están entre las que ofrecen CFD a los usuarios, permitiéndoles asumir más riesgos si así lo desean. Sin embargo, también permite a las personas comprar acciones y otros activos directamente, evitando por completo estas herramientas si no quieren usarlas. De esta forma, la decisión de qué hacer con su dinero está completamente en sus manos. Así, pueden tomar las acciones necesarias para proteger y, con una buena estrategia, crecer sus recursos.
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