Esta semana la Cámara de Diputados se encontrará discutiendo el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022 y es una gran oportunidad para que las y los legisladores muestren su compromiso con la niñez y adolescencia mexicana con hechos y no solo con palabras.
El reto es grande porque históricamente ellas y ellos han recibido una proporción muy baja del gasto público. Pero las preocupaciones no han disminuido pues hasta ahora el Proyecto que se ha presentado planea invertir tan solo $21,868.00 pesos por niña, niño y adolescente para políticas, programas, bienes y servicios que les permitan ejercer sus derechos.
El problema es que hay retos y rezagos que no podrán atenderse adecuadamente con este monto. Por ejemplo, actualmente 1 de cada 10 niñas, niños y adolescentes son víctimas de trabajo infantil y es probable que la pandemia por covid-19 lo incremente en un 5.5%.
Sin embargo, al programa “E003 Ejecución de los programas y acciones de la Política Laboral” -el único dentro del PPEF 2022 que dentro de sus componentes y actividades contiene elementos específicos dedicados a la prevención y erradicación del trabajo infantil- se le asignó un incremento del 3.5% que, descontando la inflación (3.4%) tendría en términos reales un decremento del 0.1%.
Esa cifra será insuficiente para que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social pueda operar con eficacia y eficiencia. Lamentablemente, estos recortes se mantienen en otros programas presupuestarios igual de relevantes como el “E005 Ejecución a nivel nacional de acciones de promoción y vigilancia de los derechos laborales” y que es responsable de vigilar el cumplimiento de la normatividad laboral e investigar presuntas violaciones, ya que de la misma forma tiene una disminución del 2.6% en términos reales.
Las diputadas y diputados de México necesitan escuchar las demandas de la niñez. Sí o sí el Estado debe destinarles recursos suficientes que los protejan y permitan mejorar sus vidas; nuestro país les debe un mejor presente.