Por LeĂłn Felipe SĂĄnchez AmbĂa
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Twitter: @lion05
Cada vez que pienso que los polĂticos han hecho que pierda la capacidad de asombro, hacen algo nuevo que rebasa su Ășltima hazaña. Esta vez el asombro me viene por algunas de las medidas que se incluyen como parte de la iniciativa de Ley General de ProtecciĂłn a las VĂctimas del Delito de Secuestro, concretamente los artĂculos 57 y 58 de dicha iniciativa.
Los artĂculos 57 y 58 de la iniciativa en comento plantean la posibilidad de deducir al cien por ciento del impuesto sobre la renta la suma pagada por concepto de rescate, para el caso de cualquier persona que haya contribuido con bienes muebles o inmuebles destinados al pago del rescate de la vĂctima, y aquella correspondiente a los salarios pagados por el patrĂłn de la persona secuestrada durante el perĂodo de cautiverio (sic).
En twitter un usuario me preguntaba que si no consideraba que las personas que sufrieran una desgracia como el secuestro deberĂan de, al menos, tener un beneficio como la deducciĂłn de lo pagado como rescate. Mi respuesta, tajante, es no. Y no porque no considere que el secuestro no sea una tragedia. Estoy convencido que lo es y debemos combatirlo a toda costa, sin embargo considero que esta no es la forma.
Para empezar, nadie deberĂa de ser vĂctima de secuestro. Desde ahĂ ya empezamos mal. No digo que nos cerremos a la realidad que priva en MĂ©xico y que, haciendo como que no pasa nada (que no nos cuesta tampoco mucho trabajo), no legislemos a favor de quienes efectivamente han sido vĂctimas de un delito tan grave como el secuestro pero me parece que hacer deducibles de impuestos los pagos de rescates no es la forma adecuada de combatir el problema. Al contrario, me parece que instaurar una medida como esta podrĂa tener varias consecuencias poco deseables como por ejemplo el abuso de la medida de manera que quien quiera deducir impuestos al final del ejercicio pudiera llegar a auto secuestrarse para fingir un pago de rescate y de esa forma evadir su responsabilidad fiscal.
TambiĂ©n considero que esta medida manda un mensaje gravĂsimo, derrotista, a la poblaciĂłn en el sentido de que el gobierno, al aceptar que no puede con el problema, estĂĄ dispuesto a consolar a la vĂctima con este tipo de acciones que no se si considerarlas, incluso, como incentivos fiscales. No deja de rebotar en mi cabeza la idea del âincentivo fiscal al secuestroâ o a las âvĂctimas de secuestroâ. Es surrealista.
Por otro lado, se manda un mensaje de tolerancia al ilĂcito porque, desde mi perspectiva, lo que se estĂĄ diciendo es âno te preocupes, cuando te toque, al menos vas a poder deducirlo de impuestosâ. Me parece que hacer deducible el pago de rescates es tanto como hacer deducible el pago de mordidas a funcionarios. Ya me imagino a alguien pidiendo la factura del rescate para poder deducirlo de impuestos o pidiendo la factura de una mordida para poder hacer lo propio tambiĂ©n.
No es que no simpatice con la causa de proteger y ayudar a las vĂctimas de secuestro pero Âżde verdad no ven quienes impulsan esta iniciativa el mensaje de fondo? ÂżNo ven que es probable que lejos de ayudar a combatir el delito, se fomente? ÂżNo ven el gran riesgo que se corre de abusar de esta medida y demeritar el fin para el que se pensĂł?
CĂłmo se ve que comienzan elecciones en varios Estados de la repĂșblica y ya se empieza a trabajar el voto.
Son las Leyes de Mercado. AsesĂłrese con su abogado.
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