Cuando se habla de telefonía móvil, es posible que la primera referencia que llegue a la ente este relacionada con los dispositivos de Apple, Samsung o Huawei; sin embargo, este escenario no siempre fue así.
Hasta la llegada del iPhone, el mercado de los teléfonos inteligentes era minoritaria y compañías como Motorola, Siemens y Nokia eran las más relevantes a nivel mundial.
Entender estos dos escenarios es vital para entender lo que pudo ser una de las adquisiciones más importantes del ramo.
Cuando Motorola era más grande que Huawei
Todo se remonta a 2003, cuando Motorola y Huawei estaban en pláticas para concretar una adquisición. Aunque ahora la lógica apuntaría a que Huawei estaría dispuesto a comprar a Motorola, hace 16 años las condiciones del mercado eran otras y la adquisición iría en dirección contraria.
En aquella época Motorola era una de las referencias a nivel mundial de tecnología móvil. De acuerdo con El País, en aquel momento, esta firma era el segundo fabricante de telefonía en el mundo, con ganancias que al tercer trimestre de 2003 alcanzaban los 116 millones de dólares.
De acuerdo con el reírte financiero de la mencionada marca, las ventas para el trimestre mencionado habrían aumentado 5 por ciento, para alcanzar los 6 mil 830 millones de dólares.
Por su parte, Huawei empezaba a posicionar como una gran constructora de redes y proveedora de infraestructura de conexión; sin embargo, carecía de una marca potente que lo conectará con el consumidor.
No valía la pena
Fue así como durante 2003, Mike Zafirovski, director de operaciones de Motorola, Larry Cheng, responsable del negocio chino de la marca y Ren Zhengfei, fundador de Huawei se reunieron para poner sobre la mesa una posible adquisición de Huawei por Motorola por un valor de 7 mil 500 millones de dólares.
La cifra que ahora parece ridícula ante el tamaño del fabricante chino, por aquel entonces fue leída como una inversión millonaria.
Así, ambas empresas firmaron un procurado para concretar la venta, pero cambios administrados en Motorola dieron un giro a la historia.
Zafirovski fue relevado de su cargo y sustituido por Ed Zander, quien aunque en un principio mantuvo las negociaciones, terminó por no concretar la compra.
¿La razón? El consejo de administración de Motorola decidió no llevar a cabo el acuerdo porque dudaban de que Huawei resultará rentable. De hecho dudaban de lo que podría alcanzar en el mercado y decidieron que no merecía un “desembolso de ese tamaño”.
Nada sería como es
Al evaluar la decisión en retrospectiva bien podría ser leída con un error de negocio. Haber pagado un tercio de lo que le costó WhatsApp a Facebook por convertirse en propietario de Huawei sin duda habría sido un gran negocio, aunque sería injusto no considerar hablamos de un momento en el que los smartphones no tenían la importancia que ahora tienen y las redes de comunicaciones 3G empezaban a moverse a nivel mundial.
Lo que pasó después es bien sabido por el sector: mientras Motorola fue vendida a Google y posteriormente a Lenovo, Huawei se convirtió en un gigante del sector de telecomunicaciones a nivel mundial.
Las cifras avalan la premisa. Mientras que Huawei vendió 59 millones de smartphones durante el primer trimestre del año y registró un incremento en sus ingresos de 39 por ciento, Motorola conseguido ser rentable por primera vez para Lenovo después de cinco años.
No queda claro si, de haberse llevado a cabo dicha compra, Huawei hubiera salvado a Motorola, o la empresa china se hubiera diluido dentro de la americana, vendida a sus rivales.
Lo que si es un hecho es que, de haberse concretado dicha compra, el escenario de la telefonía no habría sido el que ahora conocemos.