Esa frase se ha dicho por décadas, tratando de conservar la relación con los clientes aun cuando estén en un error, pero al final las cosas no terminan bien si no podemos o queremos decir las cosas como son.

¿Qué es más importante, que el cliente tenga la razón o que al final quede satisfecho?

Cuando un cliente contrata una agencia, lo que está buscando es un equipo de profesionales que le puedan resolver ciertas necesidades que internamente no puede o quiere hacer. La agencia es un ente externo destinado a realizar tareas muy concretas, y para realizarlas debe utilizar toda su experiencia y creatividad.

Cuando en algún punto de la relación cliente/agencia entra la frase “El cliente siempre tiene la razón”, me parece que en ese preciso momento estamos fallando como proveedores de un servicio, ya que le damos lo que quiere y no lo que sabemos que necesita. Que clase de aliado del cliente somos, si no podemos defender o en su caso justificar nuestra idea o propuesta.

Siendo muy honestos, es más cómodo darle al cliente lo que quiere, a darle lo que necesita.

Darle lo que quiere, no es una garantía de satisfacción y continuidad, al contrario, pasado el tiempo y los proyectos, ese servilismo provoca un desgaste en la relación del cual difícilmente se podrá reponer.

En la presentación de credenciales y en el Pitch, todas las agencias muestran lo que son capaces de hacer, su experiencia y en otros palabras el músculo que tienen para responder a la necesidad del cliente; ¿en que parte del camino sacrificamos nuestra creatividad y experiencia solo para complacer lo que puede ser un capricho?

No nos contrataron para darles la razón, nos tienen ahí para brindarles nuestra experiencia

Me parece que antes de ceder a un capricho, primero debe haber un dialogo, donde con argumentos se muestren las opciones y en conjunto se tome la mejor decisión; al final no debemos perder de vista el objetivo por el que nos tienen trabajando en conjunto.

El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor