Hace tiempo, un pequeño negocio de tabaco y revistas en Japón cobró fama mundial cuando fotos y un video del perro que “atiende” se volvieron virales. Unos días atrás la tienda cerró sus puertas y el can se “retiró”, pero Shiba Chan nos deja varias lecciones de marketing que podemos aprender.
Shiba Chan, un perro de la raza Shiba Inu, cobró fama en Japón en abril de 2014 cuando un vlogger lo “descubrió”. Después el tema fue retomado por medios internacionales y el pequeño abarrotes se convirtió en un atractivo turístico para quienes querían ver en persona al perro, cuya función era abrir la ventana para atender a los clientes.
Hace unos días, los dueños del lugar dieron a conocer a través de su cuenta de Instagram que cerraron la tienda y que Shiba Chan ahora está en el retiro.
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El animal ahora podrá disfrutar su jubilación pero nos deja importantes lecciones de marketing, especialmente para los negocios pequeños. Te decimos cuatro.
1. Con una buena idea cualquier negocio puede cobrar fama
No existe una fórmula para que un producto, marca o negocio sea exitoso, pero una idea sencilla puede ser la clave. En el caso de la tienda de Shiba Chan, ofrecer algo pocas veces visto se convirtió en un motor para la fama y la atracción de curiosos y nuevos clientes.
2. Los consumidores aman a los animales
No es casualidad que la mascota de miles de marcas y negocios sea un animal. En el marketing es común utilizar a los animales que son asociados con características humanas, como al león con la valentía y al búho con la sabiduría. Cuando el animal es real, las marcas pueden sacar todavía más provecho, como ha ocurrido con el famoso Grumpy Cat, que convirtió a su dueña en millonaria.
3. El dinero no es clave para el éxito, sino el servicio
La tabaquería no invirtió un yen en publicidad, simplemente contaban con un servicio exótico, un perro que abre la ventana, los clientes quedaron impactados y estos encargaron de correr la voz a través de las redes sociales.
4. Los pequeños negocios sí pueden sobresalir
En el mundo de los pequeños negocios la competencia es descomunal, especialmente cuando se enfrentan a grandes corporaciones. Pero la proyección y simpatía que obtuvo la pequeña tienda japonesa fue superior a la que multinacionales obtienen con presupuestos millonarios.