- La salida a bolsa de Shein en Londres se está retrasando debido a las preocupaciones sobre el origen de su algodón y las acusaciones de trabajo forzado en Xinjiang.
- La FCA británica está revisando la cadena logística de Shein.
- Shein asegura no tener trabajo forzado en su cadena de suministro y dice que utiliza pruebas para verificar el origen de su algodón.
La empresa de moda rápida Shein, conocida por sus precios bajos, está teniendo dificultades para lograr su salida a la bolsa en Londres debido a preocupaciones sobre su cadena de suministro.
No es un escenario nuevo para las marcas del fast fashion, pero que se agrava cuando la marca está a nada de lanzar su Oferta Pública Inicial (OPI).
Shein: el origen del algodón
El regulador financiero británico, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), está llevando a cabo una revisión de la supervisión que Shein ejerce sobre su cadena logística.
El análisis se produce después de que un grupo de defensa de la población uigur de China, Stop Uyghur Genocide (SUG), presentara una impugnación legal a la salida a bolsa.
SUG argumenta que Shein utiliza algodón proveniente de la región de Xinjiang en China, donde existen acusaciones de trabajo forzado. Te hemos contado mucho sobre este tema en Merca2.0.
Estados Unidos y varias ONG acusan a China de abusos contra los derechos humanos en Xinjiang, afirmando que los uigures son obligados a trabajar en la producción de algodón y otros bienes.
Aunque Pekín ha negado estas acusaciones, la preocupación por la posible utilización de algodón proveniente de Xinjiang genera dudas sobre Shein.
La FCA no está obligada a evaluar las pruebas presentadas por grupos de la sociedad civil, y generalmente deja que los inversionistas tomen su propia decisión. Sin embargo, la presión de las ONG puede influir en la percepción pública y la confianza de los inversores, lo que podría afectar negativamente a la salida a bolsa de Shein, según Reuters.
El impacto en la imagen de la marca
La controversia en torno a la cadena logística de Shein no es un caso aislado en la industria de la moda.
Marcas como H&M y Zara han enfrentado críticas similares antes por cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y los derechos laborales.
En 2012, Zara fue objeto de críticas por las condiciones laborales en las fábricas de Bangladesh que producían sus prendas.
En 2018, H&M se vio envuelta en una polémica por una imagen publicitaria considerada racista.
Estos incidentes, aunque diferentes en su naturaleza, demuestran la importancia de la responsabilidad social corporativa y la transparencia en la industria de la moda.
Las marcas deben ser conscientes del impacto de sus prácticas en la percepción del consumidor y su imagen de marca.
Qué está haciendo Shein
En el caso de Shein, la empresa ha estado intentando mitigar las preocupaciones. En su informe de sostenibilidad publicado en agosto, Shein dijo haber encontrado dos casos de trabajo infantil en su cadena de suministro en 2023, pero ningún caso de trabajo forzado.
La empresa también utiliza servicios de pruebas isotópicas para verificar el origen de su algodón, que representa el 9.9% de los textiles utilizados en los productos de la marca Shein. La mayoría de sus prendas se hacen con polyester.
Sin embargo, estas medidas podrían no ser suficientes para aplacar las preocupaciones de los inversores y del público en general. La presión de las ONG y los mayores requisitos de transparencia por parte de los consumidores están obligando a las empresas de moda a adoptar un enfoque más proactivo en materia de sostenibilidad y ética.
A pesar de los problemas, Shein es una fuerza importante en la industria de la moda rápida. La empresa tiene previsto alcanzar ingresos de 50.000 millones de dólares este año, lo que representa un aumento del 55% con respecto a 2023, según Coresight Research.
Nike, Adidas, H&M y el algodón de Xinjiang
Numerosos grupos de derechos humanos, incluidos varios países de forma independiente, acusan a China de cometer abusos contra los “uigures”, una minoría étnica mayoritariamente musulmana en la región de Xinjiang, donde proliferan las plantaciones de algodón, insumo clave para el mundo de la moda, especialmente las marcas deportivas y el fast fashion.
En 2021, Estados Unidos, que fue más allá y acusó a China de genocidio, aprobó una ley que impide la importación de productos de Xinjiang.
China, por su parte, niega estos abusos contra las minorías en la región que, además de ser productora clave de algodón, fabrica materiales que se usan en paneles solares.
Decenas de marcas textiles alrededor del mundo confeccionaban hasta antes de la pandemia sus prendas con toneladas de algodón de Xinjiang.
Esto cambió luego de que organizaciones sin fines de lucro, medios internacionales y los gobiernos hayan advertido que en esa provincia en el extremo oeste de China los trabajadores de la minoría uigur son obligados a trabajar en los algodonales en condiciones infrahumanas.
Marcas como Japans World y Mizuno se unieron a Uniqlo y, en mayor o menor medida, dijeron que no utilizarán más el algodón que se produzca en esa región china.
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