A finales del caótico 2020 la aplicación de móvil para la tienda online de ropa Shein se colocó en el ranking mundial, siendo la segunda app más bajada sólo por detrás de Amazon.
Según estimaciones de Forbes, su capital rondaría los 12.610 millones de euros, que es más que la suma de dos de las marcas de comercio minorista online de ropa más populares, Forever 21 y ASOS, que no está tan lejos de los 20.400 millones que ingresa a día de hoy Inditex.
Shein ha abierto algunas pop-up stores en ciudades europeas selectas como Londres, Barcelona o Berlín, lo que, sumado a lo de antes, nos hace pensar que tal vez busquen desembarcar en las calles comerciales del mundo.
Y ahora es turno de la Ciudad de México, Shein hace su primer pop-up en Paseo Interlomas y tendrá fecha del 21 de mayo al 3 de junio de 11 am a 20 horas.
¿Podría haber tienda física de Shein?
En la actualidad no existen tiendas oficiales de la marca, solo proveedores que comercializan la marca, podrían fungir como revendedores, lo que hace interesante a los consumidores pues pueden probarse y sentir las texturas de la ropa.
Su fuerte es, naturalmente, internet y el precio bajo, Shein empezó a funcionar en 2008, en 2015 abandonó su antiguo nombre, SheInside, y en este tiempo ha mantenido una constante: precios de derribo, cantidades monstruosas de producto, ciclos de reposición de vértigo y grandes inversiones en publicidad en redes sociales (Instagram, Tiktok y, ojo, Pinterest, son sus feudos). El último gran espaldarazo fue una más satisfactoria política de devoluciones.
Gigantes como Inditex están mosqueados con esta marca y el resto de nativos de la venta online que están quitándoles cuota de mercado. Entre otras razones, porque Shein plagia de forma habitual los modelos de Zara y de otras tantas marcas y los pone a precios mucho más bajos con apenas una semana de diferencia entre que aparecen en las tiendas originales y su rival digital. Son prácticas poco éticas en las que, no se nos debe olvidar, también ha incurrido alguna vez la empresa de Ortega: en el pasado Zara se ha valido de diseños de creadores independientes sin darles un céntimo por su autoría para producirlos de forma masiva.
Shein supone una amenaza extra para los emporios consolidados y es que ya se encuentran en fase de dignificación. Katy Perry, Lil Nas X o Rita Ora salen en sus galas promocionales de streaming, e influencers como Dulceida caen de vez en cuando en sus prendas. Cuando preguntas a su muy joven público, te dicen que su ropa no es muy buena, pero sí lo suficientemente buena para su objetivo, que es rotar los looks semanalmente para mantener sus selfies atractivos en redes sociales. Además, dentro del target juvenil, pueden vislumbrarse flashbacks al boom outlet post crisis financiera: dado que la pandemia ha empobrecido aún más a los jóvenes de los países desarrollados, éstos se verán inclinados a optar por un tiempo por productos y marcas más asequibles.