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YouGov midió la influencia de Shark Tank, que ha logrado consolidar un formato único de TVaprovechando el emprendimiento de una forma especial.
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Sortlist estudió el product placement en televisión y calificó las producciones con mayor impacto en esta categoría publicitaria.
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La confesión de un “tiburón” de Shark Tank sobre su peor inversión hace pensar en qué tanto impacta un programa de televisión, tal como lo midió Dunnhumby Beyond.
Shark Tank se ha convertido en uno de los programas clave en el emprendimiento, por mostrar toda clase de negocios que van en búsqueda de inversión y Mark Cuban, personalidad fundadora de esta franquicia de TV que nació en Estados Unidos, reveló cuál su peor inversión en la historia del programa.
La confesión de Mark Cuban nos da una idea de lo importante que es para este programa la inversión que sus protagonistas hacen en emprendimientos que acuden a concursar a la producción, cuando vemos un estudio de YouGov, que midió la influencia que tiene en las audiencias de TV. Un aspecto importante del impacto que estos programas tienen en la audiencia fue medido por Dunnhumby Beyond, al descubrir qué tanto motivaba una respuesta en las audiencias una producción de TV y nos recuerda también, que es muy poco valorado el impacto que el programa tiene en la promoción de productos que acuden en búsqueda de inversión a este, fenómeno que en publicidad se llama product placement y que ha sido estudiado por firmas como Sortlist, donde no se incluye a la producción en los primeros lugares de su estudio.
La peor inversión en Shark Tank
Mark Cuban es una de las personalidades clave en Shark Tank, programa que se ha convertido en franquicia con presencia en diversas partes del mundo como México. El multimillonario confesó en un podcast llamado “Full Send”, que a la fecha ha invertido 20 millones de dólares en 85 emprendimientos.
Cuban asegura que Breathometer fue su peor inversión en la historia, cuando en 2013 un sujeto llamado Charles Michael Yim acudió al programa en busca de inversión para el que calificó como el primer alcoholímetro que funcionaba en un smartphone.
En esa ocasión, Yim dio copas de champaña a los tiburones como parte de su pitch, para convencerlos de la efectividad del producto al probar el accesorio de smartphone con sus alientos, motivando una inversión de un millón de dólares por el 30 por ciento de la compañía, en una oferta conjunta de Cuban con Kevin O’Leary, Daymond John, Lori Greiner y Robert Herjavec.
Cuban asegura que tras el pitch en que se le dio la inversión, se sorprendió al ver a Yim en sus redes sociales, en Bora Bora o en fiestas con Richard Branson, por lo que le cuestionó sobre qué estaba haciendo, pues después de la inversión se supone que debería estar trabajando.
La confesión de Cuban sobre la peor inversión en Shark Tank nos da una idea de la inversión que requiere un programa de televisión, a pesar del poco efecto que tiene en la audiencia a tomar una acción. Dunnhumby Beyond demostró en un estudio que el 43 por ciento de las personas de entre 18 y 24 años nunca votaría en un programa de competencias en TV. Un 42 por ciento de la audiencia de entre 25 y 34 años coincidió en esta afirmación; 44 por ciento de personas de entre 35 y 44 años también coincidió en ello y 47 por ciento de personas de entre 45 y 54 años también confesó no votar.
La fórmula de Shark Tank mostrando marcas de emprendedores en búsqueda de inversión nos recuerda fórmulas publicitarias en producciones de TV como el product placementent, en las que se advierte que un los programas con más exposición de productos son The Office, con mil 448 menciones; Seinfield, 867; Sex and the City, 806, según un estudio de Sortlist.
Inversiones que acaban mal
Si bien la confesión de Mark Cuban nos da una idea del reto y costo que hay en producir programas como Shark Tank, es importante ver que se ha vuelto una personalidad de gran influencia, que intriga a las audiencias a saber qué impacto han tenido sus inversiones. Todo esto se debe a la popularidad del programa que según YouGov, es alto entre los millennials, con un 53 por ciento de preferencias.
El testimonio del tiburón nos recuerda el impacto que la TV tiene en las personalidades que se forman dentro de este medio y que logran una influencia única, con intereses específicos en las audiencias, como saber cuál ha sido su peor inversión en un programa para emprendedores.
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