Números precisos de eMarketer proyectan que la cuota de marketing digital global crecerá al 42 por ciento en 2018, en comparación con el 31.5 por ciento de 2015.
Las cifras actuales de usuarios de Internet sugieren que hay más de 2 mil 500 millones de usuarios en el mundo con una tasa de penetración global de 35 por ciento, de acuerdo con números proyectados por el portal web especializado Statista.
Allí radica la relevancia de la web para las marcas, que lo logran por medio de estrategias de Serch Engine Optimization (SEO) y Search Engine Marketing (SEM), dependiendo el caso.
Para lograr un mejor SEO funcionan las SERPS. “SERP” son las siglas de Search Engine Results Page o en español página de resultados del buscador. Esta definición se refiere a los resultados que aparecen en las páginas de Google, Bing, Baidu, etcétera y que suelen mostrar unos 10 de media.
Un estudio de Moz sobre casi un millar de snippets destacados reveló que 70 por ciento corresponden a resultados situados entre el primer o tercer puesto. El restante 30 por ciento echa mano de resultados inferiores que llegan incluso hasta el puesto 71.
Es decir, las SERPS son las páginas que aparecen en el buscador y que están llenas de diferentes resultados. El estratega puede mejorar nuestra la posición en las SERPS; es decir, subir de una página determinada a otra en cualquiera de los buscadores.
Esto, por medio de dos tipos: orgánicas y de pago. Las primeras son aquellos resultados que aparecen de manera gratuita y natural. Aquellos que se posicionan gracias a las técnicas SEO.
Las de pago son los resultados que aparecen debido a las pujas de Adwords y por los cuales hay que pagar una cifra determinada. El listado de resultados que aparece depende de lo que se paga, de la palabra clave buscada y de otros factores que entran dentro del SEM.
La clave radica en la prioridad, objetivo y conseguir aparecer en las SERPS de acuerdo con el target de la marca o producto, dependiendo de una correcta elección de los keywords.