Una campaña falsa es la nueva ocurrencia creativa a cargo de Sergio Arau, quien en 2017 dijo que buscaría la Presidencia de México.
“Soy el candidato más honesto. Soy muy corrupto y voy a robar lo más que pueda, pero lo digo, y eso es honestidad”, asegura Arau en su mensaje.
La estrategia es resultado del trabajo con la agencia de publicidad Charco Industrias Creativas y Flesh en un video en el que se ve a Arau tomar una bebida alcohólica mientras lleva puesto algo parecido a la banda presidencial.
Arau había dicho en 2017 que quería ser presidente y que contendería por parte del partido Heavy Mexista.
“Yo quiero ser presidente y repartir las secretarías entre mis cuates y familia. Tengo planeado hacer una gran mansión, más grande que la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, porque deseo que nos acepten en la OMU, o sea, ¡la Organización de las Mansiones Unidas!”, dijo en esa ocasión el director de cine.
El espectáculo dentro del marketing político es una de las acciones a las que recurren los mercadólogos, como una forma de que sus mensajes logren mayor impacto.
Esto lo hemos descubierto en personajes de todo tipo de mercados como Donald Trump o Andrés Manuel López Obrador, quienes han centrado sus discursos y estilos en el espectáculo.
Pensemos en Donald Trump y las acciones que emprendió estando en campaña. El republicano generó polémica y atención internacional con los libres mensajes que emitía en Twitter, donde se pronunciaba sin censura sobre cualquier tema que llegara a su mente.
En cuanto a López Obrador, él ha encontrado en el estilo de sus discursos una capacidad clave para generar conversación sobre su marca personal.
Las marcas personales tanto de Obrador como de Trump cuentan con un estilo que los ha llevado a ser imitados para la generación de contenidos de manera exitosa.
El espectáculo como estrategia creativa del marketing político llevó recientemente al senador Zóe Robledo a elaborar un video imitando la música y fragmentos de la película Rocky, generado todo tipo de críticas en redes sociales:
Aspecto de la campaña “presidencial” de Arau:
y el de otras campañas: