Pikachu llega a la pantalla grande esta semana en una película que combina animación con live action. El filme es producido por Warner Bros. y es parte de la estrategia de branded content para posicionar al personaje a nivel mundial, toda vez que en Asia ya es una de las figuras más queridas.
El nacimiento de Pikachu se da en 1996 como parte de “Pokemón Red and Blue”, un videojuego de rol. Su éxito derivo en otros volúmenes y eventualmente, en 2016, en “Pokémon Go”, una versión de realidad aumentada donde los jugadores debían reunir a todos los pokemones o seres de dicho universo alterno y mismos que “aparecían” en cualquier lugar. “Pokémon Go” tuvo un éxito sin precedentes al convertirse en una de las apps más exitosas de 2016 con más de 500 millones de descargas, cifra que hoy supera el billón. Parte de su éxito se debió al juego que realiza al cruzar los límites entre lo real y lo imaginario, haciendo que dichos personajes parecieran parte de nuestra realidad. El juego no estuvo exento de controversia, pues los pokemones podían aparecer en cualquier lugar, ocasionando que jugadores muy apasionados se pusieran en riesgo para atraparlos. “Pokémon” continúa con gran popularidad y tiene a más de 140 millones de usuarios activos de manera mensual. Entre las 460 especies de pokemones, la de los Pikachu es quizás la más famosa.
“Pokémon Detective Pikachu” tiene precisamente por protagonista a dicho personaje, quien, en un universo donde se coleccionan pokemones, desea ser detective. Así, el filme sirve para, a través de una narrativa expandir el campo de acción de los personajes, dotándolos de agendas propias, más allá de ser “objetos de deseo o coleccionables”. Con ello, vuelve a darle vigencia a los personajes, sobre todo en partes del mundo donde su popularidad no es tan grande, además de abrir una línea narrativa que, al estilo de otras marcas, puede explotarse a través de otras películas y/o productos, sin considerar la gran cantidad que ya existe. Nada más basta ver la manera en cómo Marvel lo hace con gran maestría. De la misma manera, la película, como se puede notar en su campaña de marketing, se ha enfocado tanto en los fans del videojuego como en el púbico que no conoce a los personajes, buscando precisamente ampliar su base de seguidores y, por ende, de consumidores. También se ha enfocado en promoverse como una cinta de corte familiar, dentro de los géneros de la acción, la aventura y la comedia.
El por qué Pikachu es el protagonista y el único Pokémon mencionado desde el título del filme obedece a que éste se ha convertido en el rostro más reconocido de la serie. El diseño de Pikachu se basa en su simplicidad, como Mickey Mouse y Hello Kitty. Sus trazos son de corte redondo, lo cual ayuda a reforzar su carácter infantil, tierno y amable. Ello coincide con su carácter saltarín, bromista y un tanto malhumorado, como un niño. Como Groot, de Guardianes de la Galaxia, sólo dice su nombre, en distintos tonos y velocidades y ello refuerza su carácter de inocencia y hasta “vulnerabilidad”. Es decir, Pikachu es divertido, pero también requiere de ser protegido. Es fácil que cualquier niño se identifique con él y, con la estrategia seguida, no lo abandone conforme crece. Ésa es justo la intención, misma que le ha funcionado muy bien a Sanrio con Hello Kitty, cuyas seguidoras siguen consumiendo y utilizando productos con su imagen en la adultez.
El realizar el cruce entre lo animado y el live-action, pues Pikachu ya ha aparecido en casi una veintena de películas animada, obedece a consolidar lo que Jean Baudrillar denomina como simulacro y que, en pocas palabras, describe a aquello que parece ser real sin serlo. Ése es el juego que ya se sugería desde “Pokémon Go” y que con la película se consolida, al ver al personaje ya como un ente tridimensional que convive con otros seres humanos. Por otra parte, con ello también Pikachu da pasos seguros para convertirse en una figura icónica cuyas características le permitan adaptarse y mantenerse relevante a través del paso del tiempo. Pikachu se convierte, por ende, en la puerta para que los pokemones “invadan” el mundo y se consoliden como un elemento diario y relevante para la cultura popular. Habrá que ver si sus ambiciones se consolidad, aunque hay que decirle, parece que el encanto de Pikachu ya ha vencido.