Es por todos conocido que la reputación es fundamental para establecer la credibilidad de una empresa, fomentar la fidelidad de los clientes y atraer a otros nuevos. Sin embargo, construir y mantener una buena reputación es un reto de suma importancia para las empresas.
En estos tiempos, los CEOs enfrentan una serie de desafíos en la gestión de la reputación de sus empresas. Diversos informes de las principales consultoras de negocio describen la gestión reputacional como uno de los retos más importantes a los que se enfrentan.
En esta visión de la gestión de la reputación se incluyen la diversidad y la inclusión, la cultura empresarial, la responsabilidad social corporativa, la comunicación de crisis y la gestión de la seguridad de la información.
Mucho se ha hablado de que la reputación de una empresa es uno de los activos más valiosos y, en nuestro contexto actual, tiene el potencial de ser un factor crítico en la continuidad de las operaciones de una compañía. En un entorno acelerado e interconectado, las afectaciones en términos reputacionales, sin duda, son exponenciales. Por ello, las empresas deben ser proactivas a la hora de gestionar su reputación en línea y fuera de ella.
Construir y mantener una buena reputación en este entorno es un reto crucial para muchas empresas que en otro contexto no lo veían como un factor crítico en su tablero de control. Uno de los retos más importante es asumir que no podemos controlar qué se dice o no de la organización, por lo que la clave es escuchar antes de ejecutar.
Muchas veces, las empresas se encuentran en la encrucijada de la necesidad de transparencia con la necesidad de proteger su propiedad intelectual y su información confidencial. Se entiende que la transparencia tiene un doble filo, generando confianza y credibilidad, pero también exponiendo las vulnerabilidades y debilidades de la organización. Pensamos erróneamente que la transparencia pasa por responder rápidamente a los comentarios negativos en redes sociales —aunque sin duda puede ser relevante—, lo crítico es prestar atención al fondo de lo que se dice o no de nosotros.
Para hacerlo, debemos romper la barrera del silencio, estar dispuestos a tener las conversaciones que nos permitirán gestionar mitos y prejuicios que germinan en los vacíos de información, esto implica escuchar lo que esperan nuestros diferentes grupos de interés, y actuar en consecuencia para construir confianza superando expectativas, para así, ser la conversación.