Uno de los personajes con mayor exposiciĆ³n mediĆ”tica en MĆ©xico es la figura del entrenador de la selecciĆ³n nacional de futbol, querido o no por la prensa, el personaje que lleve las riendas del representativo mexicano tendrĆ” los reflectores encima todo el tiempo.
La relaciĆ³n que lleva el actual estratega del tricolor, Juan Carlos Osorio, con los medios deportivos nacionales e internacionales no es la mejor que digamos, cuestionado por ser un extranjero quien desconoce el medio y la mentalidad del jugador local, la falta de bagaje en el recorrido de las bancas, y que decir de las rotaciones, el colombiano parece no tener respaldo.
A pesar de tener un registrĆ³ positivo en cuanto a la relaciĆ³n de partidos disputados y victorias, el entrenador no convence con su estilo de juego, lo que desprestigia su imagen como mĆ”ximo responsable del representativo mexicano.
La reciente suspensiĆ³n a la que Osorio se hizo acreedor lo pone de nueva cuenta en el ojo del huracĆ”n, la FIFA informĆ³ que el director tĆ©cnico del equipo mexicano no podrĆ” estar en el banquillo en seis partidos a causa de los insultos a los Ć”rbitros, asĆ como exhibir un comportamiento agresivo durante el encuentro por el tercer lugar de la Copa Confederaciones frente a Portugal.
De igual forma, la ComisiĆ³n Disciplinaria del Ć³rgano regulador del futbol mundial, lo sancionĆ³ con una advertencia ademĆ”s de una multa por 5 mil 180 dĆ³lares.
Datos de TweetReach indican que derivado de este castigo, el nombre del estratega generĆ³ 4 millones 733 mil 288 impresiones y alcanzĆ³ 4 millones 110 mil 839 cuentas en la red social.
Esta actitud es reflejo de la presiĆ³n a la que se somete al entrenador colombiano, la falta de credibilidad en el entorno especializado en el futbol mexicano provoca que las decisiones en torno a la gestiĆ³n deportivas se vuelva abruptas, en el pasado, distintos entrenadores protagonizaron episodios en los que quedaron mal parados, incluso costo el puesto en mĆ”s de una ocasiĆ³n, cĆ³mo olvidar lo de Miguel Herrera en 2015, o lo de Hugo SĆ”nchez en 2007.
El estar continuamente dentro del imaginario del espectador puede resultar en algo contraproducente ya que los momentos de adversidad se maximizan lo que daƱa la marca personal de un sujeto en mayor medida. Por lo que de ahora en adelante, deberĆ” de tener mĆ”s precauciĆ³n en las declaraciones y acciones que haga.