Por Camila González
Twitter: @camilaglz

Un claro elemento que desata la sensibilidad humana siempre será la relación con las mascotas. Nuestra limpio, franco y sano vínculo con ellas, cuando de verdad las amamos y respetamos, claro está. Hoy tengo tres anuncios–de Huellas de la Publicidad- que evidencian el enganche publicitario de un mensaje directo a los poros, a las emociones del receptor. ¿Y el producto? ¿Cómo queda la marca a través del contexto de nuestros perros y gatos?

A través de una escena cotidiana, Friskies (2001) retrata el vínculo de “un peludo” con el producto y revela cómo el amor de ellos también se construye desde la calidad del cuidado. En este caso, el producto se posiciona sin mucho más trabajo que a través del gusto del gato, del gato mismo, de sus uñas enredadas en la vecina. Al final, de la ternura…

Anunciante: Friskies, Categoría: alimento para perros y gatos, Año: 2001

Otro tipo de mascota, para los que no optan por los pelos, arenas orinadas y ladridos, se anuncia con la misma emotividad como si fuera de verdad de carne y hueso. El producto, la mascota misma, pero de materiales sintéticos, se sitúa al nivel de la vida, la unión entre los que se quieren y toda la coquetería de un animalito real: Puppy so real (1998).

Anunciante: PTM, Categoría: Juegos de mesa/afines, Año: 1998

Y otras mascotas, como Aguigol (1993), son las que se conceptualizan desde la simbología. Este héroe nacional de la batalla futbolera se hace fuerte en nuestras mentes apoyado por un anuncio que combina su divertida figura animada, su voz inolvidablemente chillona y escenas reales y en acción del equipo mexicano, nuestros representantes del Mundial Francia 98.

Anunciante: Aguigol, Categoría: empresas multisector. Año: 1993.