Hace algunos meses escribí una columna sobre la importancia de cumplir lo que prometemos a nuestros clientes o nuestros equipos pero hoy quiero hablarle de lo importante que es cumplir con nosotros mismos. Al pactar mi colaboración aqui, Álvaro Rattinger, CEO de Katedra y de esta revista, me dijo “el espacio es tuyo, y esto va a durar lo que decidas pero debo anticipar que no todos lo cuidan porque no se comprometen o no tienen la disciplina de colaborar semana con semana” y le quiero revelar algo que pocos saben: pensé que colaboraría mensualmente y no cada ¡7 días!, lo cual me generó una ansiedad que me duró 15 segundos porque de inmediato le respondí que contara conmigo.
El otro reto era hablar de AgroMarketing, un tema con mucha menos visibilidad respecto a industrias de productos de consumo masivo y mucho más acotado sin embargo soy fiel creyente de que la agricultura es un extraordinario vehículo narrativo que nos permite hablar sobre liderazgo, marcas, desarrollo, equipos, empatía, técnicas comerciales, marketing, socios, emprendimiento y mucho más pero desde una óptica para muchos desconocida, a través de los ojos de las y los agricultores y las ingenieras e ingenieros que sostienen la producción de alimentos en el mundo, lo cual me ha inspirado por muchos años.
Sabía que era responsable y disciplinado, pero jamás esperé escribir 141 columnas semanalmente, de manera ininterrumpida y evitando repetir temas, todo esto viviendo con la dinámica que todos enfrentamos pues en este tiempo cambié de empleo, produje contenido en mi canal de YouTube, tuve COVID, lidiamos con familiares enfermos, hijos cambiando de etapa escolar, viajes, conferencias, asesorías, vacaciones… me siento orgulloso pues fallar en la entrega de mi columna no era opción.
Lo digo con el orgullo de siempre intentar contribuir en la formación de líderes, sumar con equipos de alto rendimiento, abrir el debate para incorporar distintas visiones y mejorar de la mano de una gran comunidad profesional y siempre emocionado de compartir pero sobre todo, de aprender.
Dos ejemplos que resumen la maravillosa oportunidad de escribir, son haber lidiado con el síndrome del impostor mientras leía mensajes empatizando con mi contenido, lo cual es un contraste sensacional. Por otro lado ver cómo el desperdicio de alimentos fue una columna que prendió muchísimo porque todos jugamos un rol fundamental porque es un tema cultural y no solo agrícola.
Este camino ha valido la pena cuando usted me ha regalado 5 minutos para leer mi columna o poder hablar del papel de las mujeres en la agricultura mientras veo a poderosas colaboradoras compartiendo contenidos en redes sociales, lo cual es inspirador.
Lo que sigue para a mi y en paralelo a mi labor profesional, es la creación de contenidos en otras plataformas y formatos, generar más colaboraciones con otros profesionales, más conferencias y simplemente seguir creando para acercarme a todo aquello que me permita aprender de las personas, conocer grandes historias e independientemente de las industrias donde se generen, dejarme sorprender.
SEMBRANDO REFLEXIÓN
Gracias Álvaro por tu generosidad al prestarme este espacio. Gracias Claudio por ser un promotor de los nexos de valor.
Gracias a todos los que están vinculados con la agricultura porque me inspiran. Gracias a todos los que le pusieron un like, compartieron o comentaron estas colaboraciones… no hay cómo pagarlo.
Gracias a mi esposa por ser mi motor en esto y en muchas cosas más y a mis hijos por estar siempre ahí y al resto de mi familia que siempre recibían mi columna para echarle un vistazo.
Nos vemos en el surco y en la búsqueda de seguir sembrando reflexión.