Internacional.- Desde hace poco más de un año las selfies se convirtieron en una tendencia a nivel mundial, se toman millones cada día y marcas han invertido millones de dólares en campañas basadas en esta moda. Pero las selfies podrían pronto considerarse ridículas y de mal gusto por las mayorías.
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Luego de la famosa selfie de Ellen DeGeneres y un grupo de celebridades durante la ceremonia de los premios Oscar, las selfies se volvieron populares en todo el mundo. Las multitides se obsesionaron por tomarse autorretratos en cualquier lugar y subir las imágenes a Facebook, Instagram o Twitter.
El punto más alto de la tendencia llegó con la popularización de los selfie sticks, unos bastones para poner el smartphone y tomarse de un poco más lejos, una especie de extensión del brazo. Pero desde hace un par de meses este tipo de dispositivos comenzaron a prohibirse. Ya no está permitido usarlos en festivales como Coachella, Lollapalooza, estadios deportivos, eventos de Apple y se acaba de anunciar que tampoco en el Kentucky Derby.
Pero la prohibición y desprecio parece que irá más allá de los selfie sticks y estamos por ver el final de las selfies como moda. Esta semana los organizadores del Festival de Cine de Cannes dieron a conocer que evitarán en la medida de lo posible que las celebridades se tomen selfies durante las alfombras rojas.
La medida de Cannes tiene una justificación técnica: cuando las personalidades se detienen a tomarse selfies hacen que el tráfico sea más lento y tarden más en recorrer la alfombra roja. Pero el director del festival, Thierry Fremaux, fue más allá y dijo, citado por el Washington Post, que las selfies “son una práctica ridícula, extremadamente, ridícula, y grotesca”.
La influencia del Festival de Cine de Cannes es grande en el mundo de la moda y las tendencias, por lo que es probable que otros eventos, organismos y celebridades comiencen la moda “anti-selfie” y luego esta llegue al público en general. De ser así, estaríamos en el principio del fin de las selfies.