Anteriormente, bolsas de trabajo en línea y revistas especializadas de negocios han referido que el papel que desempeñan los jefes tiene una delgada frontera entre paciencia y el estrés, debido a que su figura es la responsable de conciliar el talento humano, delegar responsabilidades y mostrar paciencia en todo momento.
De acuerdo con un sondeo de Bumeran, el 90 por ciento de los trabajadores mexicanos consideró que solo permanecería en su empleo solo si la relación con su jefe es buena, positiva y constructiva, y de no ser así, un 56 por ciento abandonaría su empleo de forma inmediata.
Recientemente, analistas de Wall Street señalaron a Yec que la transición natural de un empleado es ser “jefe en algún momento”, pero para ello, éstos necesitan aprenderlo observando a los líderes que respetan y admiran, es decir, deben ser excelentes oyentes, animadores y comunicadores eficaces. Sin embargo, hay distintos tipos de personalidades, los cuales logran el mismo objetivo bajo distintas circunstancias, pero lo recomendable para que las personas administren equipos es hacer antes lo siguiente:
Administrarse a sí mismos. Antes de administrar a un equipo es vital saber manejar nuestro propio tiempo. Después, aprender a aprender a trabajar en equipo, con personas ajenas y ayudarles a alcanzar un potencial mayor. Para lograrlo, algunos jefes optar por meditar 20 minutos diarios, ya que dicho ejercicio aumenta la producción de serotonina en el cerebro, o bien, ejercitarse físicamente, ya que ayudará a manejar la ansiedad, lo que traerá una mejor preparación para manejar el estrés.
Destruir conceptos erróneos. Algunos empleados tienen una idea errónea sobre la figura que representa ser jefe, como que al serlo tendrás toda la energía y control en tus mano, lo cual es falso, es decir, no siempre tendrás la última palabra. Otra creencia es que los directivos “controlan” a todos, o sea, obligar a todos a seguir sus decisiones, sin embargo, al darle poder a los empleados de hacer las cosas a su manera les brindará un sentimiento de pertenencia a un equipo.
Ganar confianza. Según Yec, los líderes ganan confianza escuchando a las personas, o en caso de hablar primero dejan transcurrir dos segundos de silencio y después deciden hablar. Otro modo es tener una personalidad que derroche autenticidad, es decir, admitir sus debilidades y usar sus fortalezas, lo cual no significa compartirlo todo, pero sí mostrar aspectos “humanos” en cada conversación.
Incluso, Wall Street refiere que la palabra “jefe” no suele existir en los grandes corporativos, ya que la simple palabra puede generar connotaciones negativas. Recientemente, trascendió que los directivos de Citi Group habían eliminado sus oficinas directivas para incorporarse en cubículos, igual que el resto de sus empleados.