Internacional.- El parque de diversiones SeaWorld ha enfrentado una crisis de marca durante los últimos años. Un documental acusa a la compañía de no darle un buen trato a las orcas y ahora PETA dice que SeaWorld le pagó a una persona para que trabajara como espía.
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Hace dos años se estrenó un documental llamado Blackfish que trata sobre una de las orcas en cautiverio en SeaWorld que estuvo involucrada en la muerte de tres personas. El video producido por CNN se convirtió en un dolor de cabeza para la compañía de entretenimiento con espectáculos de animales acuáticos y cada vez recibe más críticas. Esta semana uno de los integrantes de la popular agrupación One Direction pidió a sus fans que no vayan a los parques de SeaWorld.
Ahora, de acuerdo con un reporte de Bloomberg, la organización People for the Ethical Treatment of Animals PETA acusa a SeaWorld de haber pagado a uno de sus empleados para que se hiciera pasar por activista e involucrarse en las estrategias en contra de SeaWorld para funcionar como espía.
El falso activista se habría hecho pasar por Thomas Jones e incluso participó en algunas protestas y se enfrentó a la Policía en el Desfile de las Rosas en Pasadena en 2014. PETA cree que en realidad se trata de Paul McComb, quien ha trabajado en varios puestos dentro de la organización SeaWorld.
De confirmarse las acusaciones en contra de SeaWorld, sería un clavo más en el ataúd de la imagen de la compañía que por más que intenta recuperar el branding positivo que alguna vez tuvo ya no lo consigue.