Gap Inc anunció que ya no contendrá a la marca Old Navy, la que se convertirá en una empresa independiente que también cotizará en bolsa.
El minorista anunció planes para crear dos compañías separadas: por un lado Old Navy y, por otro, otra firma que aún no tiene nombre (podría ser “NewCo”) que contendrá a la icónica marca Gap, y a otras del holding como Athleta, Banana Republic, Intermix y Hill City.
Gap dijo que la separación se realizará a través de una escisión que permitirá a cada compañía maximizar su enfoque en cuanto a las finanzas y a la estrategia de mercadotecnia, alineando las inversiones con las necesidades de cada una.
Robert Fisher, presidente Gap, dijo que “después de una revisión exhaustiva realizada por la junta directiva, está claro que el modelo de negocios de Old Navy y sus clientes se han apartado cada vez más de nuestras otras marcas: cada compañía requiere una estrategia diferente para prosperar”.
Después de la separación, Art Peck, actualmente el presidente y CEO de Gap Inc, ocupará el mismo puesto con la nueva firma, y Sonia Syngal, actual presidente y CEO de Old Navy, continuará liderando esa marca, ahora como una compañía independiente.
Las dos compañías permanecerán en su sede actual, ambas ubicadas en San Francisco.
Old Navy era incontenible
El fuerte crecimiento de Old Navy es la causa de la separación: sumadas todas las marcas de Gap Inc, sin Old Navy, la firma obtuvo ingresos por US$ 9.000 millones en 2018. Es casi lo mismo que los US$ 8.000 que logró Old Navy por sí sola.
Como parte de la reestructuración de sus puntos de venta, el retailer anunció también que cerrará 230 sucursales en los próximos dos años.
Sólo durante el segundo trimestre de 2018, la empresa cerró 36 tiendas, la gran mayoría de las marcas Gap y Banana Republic. Y al mismo, tiempo abrió 45 puntos de venta de Old Navy y Athleta. Hasta el 30 de junio del año pasado, tenía 3.600 tiendas en total.
The Gap, que se fundó en 1969, solía ser la marca más atractiva en el sector minorista: se subió al auge de los centros comerciales en la segunda mitad del siglo 21, y sus playeras con su logo ganaron a los clientes, desde adolescentes hasta madres y celebridades.
Pero la marca perdió el contacto con los Baby Boomers y no logró atraer a los Millennials, que eligieron otras como Levi’s, Target y las fast fashion como H&M y Zara que los conquistaron con precios más baratos y estilos más modernos.