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90% de las empresas están evaluando crear esquemas más flexibles.
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Varias empresas han dicho que sus dinámicas de trabajo se modificarían tras estos eventos globales.
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Existen países que ya tienen leyes que regulan la flexibilidad laboral.
Quizá el cambio más significativo que tuvieron los trabajos con la llegada de la pandemia de COVID-19, fue la modalidad “home office”. Aunque se trata de algo que ya existía desde antes, nunca se había tenido que implementar de forma masiva y obligatoria, para así evitar la propagación de esta enfermedad. Su introducción vino a modificar el panorama, presentando la posibilidad de la flexibilidad en sitios donde antes ni siquiera se habría considerado. De hecho, pudiera ser uno de los cambios que se quedarán con nosotros después de esta emergencia mundial. Aunque el futuro del “home office” podría parecer incierto, muchas empresas indican que tal vez sería no sólo una implementación necesaria, sino benéfica en muchos aspectos.
En medio de la emergencia sanitaria, la firma PwC hizo una encuesta que reveló que seis de cada 10 directores financieros mexicanos, planeaban dejar el trabajo remoto de forma permanente. Es decir, un 64% pensaba mantener la medida, incluso cuando se determinara que ya era posible volver a las oficinas. Sin embargo, en México uno de los grandes problemas con esta modalidad es que no se encuentra regulada por ley, por lo que si, con el paso del tiempo, métodos más flexibles para trabajar se implementan en el país, tendrán que controlarse de alguna manera, pues requieren de otro tipo de reglas.
Hasta un 85% de los ejecutivos de recursos humanos, aseguró que se necesita una reforma laboral en este aspecto, según una encuesta de la firma KPMG. De hecho, la gran mayoría de las empresas, un 90%, están evaluando crear esquemas más flexibles ya sea que combinen “home office” y trabajo presencial o que mantengan solamente el modelo a distancia. Sin embargo, opinaron que hace falta una legislación que ayude a la adecuación de los contratos, las obligaciones de las empresas para las condiciones del trabajo, cómo manejar las horas extra y hasta una nueva definición de “jornada laboral”.
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El estudio también reveló que un 52% de las empresas consultó a sus trabajadores respecto al también llamado teletrabajo y el 66% asegura que la mitad de su equipo tiene disposición para seguir en el “home office”. Algunas empresas, como Microsoft, Facebook o Twitter, ya han dicho que sus dinámicas de trabajo se modificarían tras estos eventos globales. Estas compañías han dicho que mantendrían el “home office” hasta el 2021, por lo menos y consideraron que algunas de las personas que trabajaban antes en oficina, ya no regresarían a ella, adaptados a un nuevo esquema. Una de las conclusiones a las que llegaron, es que el entorno se tiene que adaptar a lo que venga. El futuro es incierto y la compañía debe ser flexible. La principal idea que se debe concretar es no depender del espacio físico, estar listo para trabajar desde cualquier lugar sin problema alguno.
Por otro lado, existen países del mundo que ya habían implementado estas modalidades años atrás, incluso modificando sus leyes. En 2012, Francia impuso algunas normas respecto al “home office”, incluso previniendo que se trataba de una modalidad que sólo debía ser obligatoria por causas de fuerza mayor, como una pandemia. También tomaba en cuenta los derechos de las personas con alguna discapacidad. Su ley establece que debe haber horarios fijos para un contacto entre ambas partes, así como maneras de regular la carga laboral. Incluso si una persona sufre un accidente en horas de trabajo, aunque sea desde casa, se toma en cuenta como accidente laboral.
A finales de 2019, Países Bajos era la parte de la Unión Europea con más personas en modalidad “home office”, más exactamente uno de cada 10 empleados. Desde 2016, sus avanzadas leyes permiten a los trabajadores solicitar flexibilidad en este forma de realizar sus labores. Se puede llegar a un acuerdo legal que forme un sistema por objetivos, sin fechas ni horarios. Esto habla de una cultura de confianza casi única en el mundo. ¿Es acaso este el futuro que nos espera a todos?