Con el afán de reducir sensiblemente los desperdicios plásticos originados por las bebidas embotelladas, la ciudad de San Francisco se convirtió en la primera urbe del mundo en prohibir la venta de agua embotellada en espacios públicos.
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La medida, que no fue bien recibida por Coca Cola y Pepsico, se enfoca en las botellas de agua de hasta 600 ml, entrará en vigencia el 1 de octubre de 2014, con algunas excepciones hasta 2016, para los distribuidores de comida y eventos al aire libre y hasta que se garantice un suministro confiable de agua en determinados sitios.
La industria que hoy tiene un valor aproximado de $60 mil millones de dólares podría generar la aplicación de multas de hasta mil dólares en caso de no acatarse, debido a que la iniciativa busca inspirar una conciencia ambiental y de reciclaje más profunda entre la población.
Estas restricciones sobre el agua embotellada van alineadas con una serie de acciones para incentivar la cultura del reciclaje, como la misma prohibición de bolsas de plástico implementada durante 2007.