Una de las recomendaciones que más he dado tanto a directivos, clientes, alumnos y familiares es: SE PREMIA EN PÚBLICO Y SE CASTIGA EN PRIVADO, esto aplica desde los trabajadores hasta los hijos, cuando uno de los hijos se porta mal y un padre lo reprende en público le está haciendo un daño mayor que el corregirlo, le está bajando su autoestima y le está quitando cierta autoridad o jerarquía que tenía frente a los demás, este mismo ejemplo funciona con nuestros trabajadores cuando realizan algo bien tenemos que premiarlos frente a todos, lo que toda persona necesita es que lo alaben que le suban su ego, su auto estima en una conferencia una vez les mencione a mis alumnos si la mayoría de los empleados les pagas más pero los nombras “JEFE DE” al día siguiente te trabajan mejor, la mayoría de la gente trabaja más por el puesto que por salario, es decir les importa más que sean jefe de, coordinadores, directores, gerentes que ganar más en otro empleo que no tenga este perfil.
Aquí es donde el marketing entra y hace su gran labor las grandes tiendas los nombran jefes de pasillo y hasta pegan sus fotos, sabiendo que son empleados únicos de esa área, sin embargo ya les levantaron su autoestima y en automático el empleado trabajara mejor porque tiene una responsabilidad y una función específica dentro de la empresa, no es simplemente un trabajador más.
Ahora viene la parte contraria nunca se debe castigar, regañar, condicionar o gritar a los empleados enfrente de clientes u otros empleados, el que uno les baje su autoestima o su autoridad lo único que generara será un recelo del empleado hacia su superior, estará molesto, resentido, no trabajara por la empresa sino por su horario y cumplir con lo que se le indica, este es uno de los errores más grandes que se cometen tanto en lo empresarial como en lo familiar, por lo cual aquí es donde entran los líderes emocionales que usan todo el marketing emocional a su favor.
El marketing emocional es imprescindible para liderar porque los seres humanos actuamos básicamente por emociones, a la hora de convencer y motivar tenemos que estimular las emociones. Este tipo de liderazgo consiste en empatizar con tu equipo de trabajo, gestionando las frustraciones, agobios, buenos momentos y preguntas. El líder debe saber comunicar bien, desarrollando espacios de comunicación favorables, como mínimo una vez por semana, para saber cómo está cada empleado y en qué se le puede ayudar.
Un aspecto que considero imprescindible son las reuniones con los miembros de tu equipo, las cuáles deben realizarse mínimo una por semana, con una duración máxima de una hora, para asegurar la atención y la participación de todos los miembros en dicho encuentro, estas reuniones toda empresa la debe realizar si es necesaria para premiar a los empleados cada vez que cubran metas o cumplan sus objetivos.
El marketing emocional es complicado de llevar a la práctica, porque muchas veces, las tensiones y prisas impiden un mayor conocimiento de cómo se siente cada componente del grupo cada día, pero en grupos pequeños es más fácil ponerlo en práctica y generar cambios tremendamente positivos en los equipos de trabajo, consiguiendo trabajadores más comprometidos, más contentos, integrados, involucrados y que aporten más a diario porque se les valora por lo que aportan cada día.