¿Hay una nueva burbuja similar a las de las punto com (2000-2001) en plena gestación, en Silicon Valley? Hay quienes piensan que es así.
En el transcurso del 2019, han habido muchas ofertas públicas de acciones (IPOs) de grandes startups de tecnología que, en su mayoría, han resultado decepcionantes en sus resultados financieros. Entre las compañías que ya hicieron su oferta pública inicial están algunas de las startups de tecnología con las valuaciones más altas del planeta, entre las que se encuentran Uber, Lyft, Pinterest y Slack; después tenemos el caso muy particular de WeWork y su sonado fracaso para realizar su IPO y como una consecuencia de lo acontecido con esta, Airbnb posponiendo su IPO, probablemente para el próximo año.
Como bien lo dijo Bill Gates recientemente, las plataformas tecnológicas son mercados en donde “el ganador se queda con todo”. En prácticamente todos los segmentos de mercado de tecnología importantes, parece haber lugar para una o dos plataformas tecnológicas; esta es una visión bien conocida en Silicon Valley, en donde la estrategia de escalar muy rápido para dominar los mercados globales está muy bien establecida; Uber, Airbnb y WeWork son excelentes ejemplos de esto. En los tres casos, estamos hablando de compañías que crecieron muy rápido, dominando mercados globales. Estas empresas crearon un modelo de negocio que funcionó con éxito en Estados Unidos y después se dedicaron a escalarlo a nivel mundial, a una velocidad vertiginosa.
Sin embargo, el escalar tan rápido tiene sus desafíos y requiere grandes inversiones de capital de riesgo. El crear plataformas tecnológicas dominantes en un tiempo muy corto es complejo y caro. En algunos casos, parece que los inversionistas de capital de riesgo no se preocupan porque las compañías sean rentables, la prioridad es crecer y dominar el mercado global. La rentabilidad de la empresa es una remota preocupación que se espera venga sola con la posición dominante.
Como nos muestra la historia del fracaso de WeWork en su salida a bolsa, los aspectos fundamentales del negocio también pesan. Durante 2019, se fue construyendo un momento en contra de compañías percibidas como hiper-infladas en sus valuaciones (el valor que tienen para los inversionistas). Uber, Lyft y Pinterest salieron a bolsa en 2019, pero no han tenido un buen desempeño. Hoy en día, las tres compañías negocian sus acciones a precios muy por debajo de su oferta pública inicial. De alguna forma, estas empresas crearon el escenario para el mayor fracaso de 2019: la cancelación de la oferta pública de WeWork.
Uber: la startup con la mayor valuación, que no está claro si algún día ganará dinero
El caso de Uber es ciertamente icónico. Creció de una forma muy acelerada alrededor del mundo, con un modelo en el que básicamente convirtió en taxista a cualquier persona con un coche. Incluso, hay países en donde muchas personas rentan coches para poder “trabajar” como choferes de Uber (en Brasil, por ejemplo, las arrendadoras de coches tienen en los choferes de aplicativos su segmento de mayor crecimiento). Si Uber no es dueña de los autos, ni es patrona de sus choferes y además les cobra una tajada importante de cada viaje, entonces debería de hacer toneladas de dinero, ¿correcto? La respuesta es un contundente ¡NO!
Uber en el segundo trimestre de este año fiscal perdió la nada despreciable cantidad de $5.2 miles de millones de dólares. Eso es mucho más de lo que logran por ventas anuales algunas de las empresas más grandes de México. Uber ha respondido a las críticas que se le han hecho con respecto a su rentabilidad con despidos masivos de personal y otras medidas de recorte de gastos, sin embargo, su expansión súper acelerada parece consumir cualquier cantidad de dinero que se le invierte. Las ambiciones de Uber de tener una tajada del mercado de transporte global la hacen mirar a un horizonte de trillones de dólares de ventas; sin embargo, también podríamos hablar lo mismo de industrias como la de la hospitalidad (hoteles y restaurantes, entre otros) y no hay ninguna empresa que haya sido capaz de capturar una porción grande de ese mercado a nivel global. El sueño de Uber de un mercado de 12 millones de millones de dólares (si leyó bien) de mercado alcanzable (conocido como TAM, Total Available Market) en la transportación global es de seguro una gran ilusión que no se concretará en el futuro cercano. Esto es porque muchos de los segmentos que componen ese gran mercado, están extremamente fragmentados.
Las acciones de Uber se cotizan hoy en niveles muy cercanos a sus mínimos históricos. Ha tenido el dudoso honor de ser la compañía que más perdía dinero antes de salir a bolsa. Hoy sigue siendo la compañía que más pierde dinero después de su IPO. Su acción está más del 30% debajo del valor de su IPO. No se espera que Uber sea rentable ni en 2020, ni en 2021. Algunos analistas esperan que lo logre a partir de 2023.
WeWork: la segunda empresa que más perdía dinero antes de su IPO
Si bien Uber era la compañía que más perdía dinero antes de su IPO, WeWork era la segunda en la lista antes de su fallido IPO. Como les comenté recientemente en Merca 2.0, la historia de WeWork estuvo plagada de mal gobierno corporativo, conflictos de intereses por parte de su cofundador y CEO, Adam Neumann, y pretensiones infladas de dominar al mundo. Finalmente, WeWork no consiguió lo que Uber logró, WeWork no pudo salir a bolsa a obtener financiamiento. Ese hecho ha colocado en peligro el futuro de WeWork, otra plataforma de negocios construida vertiginosamente.
Sin embargo, la caída de WeWork no sólo impactó al ahora ex CEO de la compañía, también afectó con mucha fuerza a la poderosa Softbank, un conglomerado financiero japonés. Softbank y su CEO, Masayoshi Son, saltaron a la fama por hacer una inversión relativamente pequeña en una startup china, entonces desconocida, que se llamaba Ali Baba; el resto de la historia no necesita ser contado. Masayoshi Son ha estado muy activo invirtiendo en startups de altos vuelos. Hasta cierto punto se piensa que Softbank, de la mano de Masayoshi, ha pagado muy caro por sus inversiones. Softbank levantó un fondo de inversiones de 100 mil millones de dólares llamado Vision Fund. Ese fondo ha invertido en compañías como: Uber, NVIDIA, WeWork y Slack. De alguna manera, el apetito insaciable de Softbank y de su Vision Fund han sido culpables en parte por la inflación de los activos de las nuevas startups de tecnología.
¿Hay realmente una burbuja en Silicon Valley?
Softbank con su inversión de más de 10 mil millones de dólares en WeWork parece ser la evidencia de que hay una nueva burbuja en gestación en Silicon Valley. Masayoshi Son creó el Vision Fund, recabando 100 mil millones de dólares de inversionistas. Hasta hoy, el fondo parece ser un éxito gracias a sus inversiones en startups de tecnología. Sin embargo, Softbank tendrá que decidir rápidamente si continúa invirtiendo en WeWork para salvarla o si la deja a su suerte (y a una posible bancarrota).
Claramente, Uber y WeWork son dos ejemplos de empresas dominantes en sus mercados que se preocuparon más por market share que por rentabilidad. Además, no está claro que algún día vayan a lograr ser rentables. Por más estrepitoso que pueda ser el caso de WeWork, la verdad es que nos ilustra los retos a los que están sujetas las inversiones de capital de riesgo. Los inversionistas especializados en capital de riesgo saben que de todas sus apuestas van a perder su dinero en muchas, sin embargo, unas pocas apuestas dan retornos estratosféricos, haciendo que, como dice TechCrunch: “WeWork prueba que el capitalismo (de riesgo) funciona”.