Trabajar de adentro hacia afuera en una empresa, debe hacerse de forma estratégica y bien pensada, a
través de la implementación de ciertas acciones enfocadas a la mejora y crecimiento de todos sus
colaboradores, partiendo de sus valores y objetivos; pero ¿cómo hacerlo en momentos con tantos
altibajos como este 2020?

Analizando esto y platicando con Luis Luna, nuestro Director Comercial y buscando encontrar cómo
transmitir este espíritu a nuestros colaboradores, opté por dedicar este espacio para compartir su
visión:

Tras la contingencia que vivimos desde finales del primer trimestre del año, muchas cosas han pasado;
positivas y negativas, pero enfoquémonos en…

No! no nos enfoquemos solo en algunas. Seamos firmes y tengamos claro algo, en la vida personal o
profesional hay que tener una visión holística, no podemos separar de las realidades lo bueno y lo malo
y elegir solo aquello que queremos o nos conviene; la receta del más delicioso pastel dulce incluye sal.
Este 2020 ha sido un año con muchos altibajos pero debiera ser también un año con muchos
aprendizajes (más los que faltan de aquí a su fin).

Es nuestra obligación definir cómo reaccionar o actuar ante los avatares que se nos presentan sin
importar cuan negativos pudieran parecer. No me refiero a que a todo lo veamos como algo bueno y/o
que lo malo lo ignoremos, sino a que tengamos la capacidad de reconocer lo negativo como tal y a
partir de ello, encontrar formas de salir adelante.

En el ámbito profesional, hoy más que nunca debemos fortalecer nuestros perfiles y una de las mejores
manera que he encontrado para ello es tener “mentalidad de dueño”. No importa el puesto, empresa y
tamaño de esta, no importa en qué posición del organigrama te encuentres dentro de una compañía, lo
que importa, como lo dije anteriormente, lo verdaderamente importante es cómo actuamos en el día a
día dentro de la organización, qué aportamos y cuál es nuestro valor para ella.

Si todas los colaboradores de una empresa la vemos, vivimos y tratamos como si fuera nuestra, sin
duda alguna buscaremos lo mejor para ella. La mentalidad de dueño es eso que nos lleva a dar un extra
sin que este lo sea, porque al identificarla como “nuestra” es algo que nos nace.

Esto sin embargo no es tarea fácil ni es algo que se dará por sí solo. Como colaboradores, tenemos la
responsabilidad de trabajar en entendernos como parte de la empresa y a la empresa como parte de
nosotros; de entender que si la empresa cierra (como muchas -desafortunadamente- este año) nosotros
también viviremos las consecuencias por lo que es mejor luchar contra viento y marea porque la nuestra
siga en pie y pueda navegar contra corriente de forma exitosa.

Por otro lado, no solo el colaborador debe tener mentalidad de dueño; la empresa, sus directivos y
socios, tienen la responsabilidad de trabajar con y para todos los colaboradores, deben darles las
herramientas necesarias que les permitan crecer personal y profesionalmente.

Sería absurdo que a un colaborador que demuestra tener esta mentalidad y compromiso no se le
permitiera tener oportunidades de crecimiento, tomar cursos de capacitación y/o no se le dieran las
herramientas para que, de la mano con la Dirección o socios, siguiera fijando cimientos para el futuro
crecimiento de la empresa, ¿no creen?

La responsabilidad es pues, mutua. Dejemos esa mentalidad de señalar que más de uno o más de otro;
no es un tema de culpas, es un tema de acción y como en cualquier equipo, no es solo quien anota,
sino todo lo que hay detrás.