Las acciones de Fossil se desplomaron un 32 por ciento en la bolsa de valores de Wall Street tras el anuncio de la compañía de que compró a la fabricante de pulseras inteligentes Misfit por 260 millones de dólares.
El mercado no vio con buenos ojos esta transacción. Los analistas de la firma Macquarie emitieron un comunicado a sus clientes en el que se declararon “absolutamente perplejos”, ya que esperaban que Fossil se asociara con las compañías “correctas” para sus iniciativas de productos wearable. “Y de la nada ¡Boom! Fossil decide comprar la startut Misfit (…) Esto definitivamente lleva a la paradoja de los Wearables al siguiente nivel. Seguimos curiosos por saber qué tipo de inteligencia o know-how está detrás de Misfit y qué gastos necesita hacer Fossil para convertirse en un actor de un mercado que está reemplazando a los relojes convencionales”.
La firma también señaló que Fossil enfrenta una desventaja estratégica en cuanto a tecnología wearable, debido a su falta de patentes, además de unos resultados decepcionantes en los últimos trimestres que no explican la compra que realizó la compañía.
Fossil tuvo pérdidas en sus ingresos globales de 8 por ciento en el tercer trimestre, con un 10 por ciento de pérdidas en el Continente Americano, un 3 por ciento en Europa y un 10 por ciento en Asia, de acuerdo con la agencia Bloomberg.
Entre los consumidores estadounidenses, la marca tiene sólo un 2 por ciento de participación de mercado, ubicándose en el séptimo lugar entre las preferencias de nuestros vecinos del norte, de acuerdo con Statista. En cambio, y para poner estas cifras en perspectiva, la marca de relojes y bolsos de mano mejor valorada en aquel país es Michael Kors, con un 38 por ciento de cuota de mercado.