• De más de 100 amparos interpuestos en contra de laNOM 051 para el etiquetado en alimentos y bebidas, solo tres han llegado hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)

• Los que llegaron a la Segunda Sala de la Suprema Corte fueron interpuestos por las empresas Barrilito, Santa Clara y el bloque de compañías Herdez, Alimentos del Fuerte, Nutrisa y McCormick.

• Es el recurso de Barrilito el que se votará el miércoles 9 de noviembre y el que puede marcar un referente para otras marcas de la industria sobre los sellos frontales en sus productos.

En medio de la batalla legal por revisar la constitucionalidad del nuevo etiquetado alimenticio que advierte sobre el exceso de grasas, azúcares y calorías en los productos industrializados, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es presionada, por un lado, por empresas del sector que interponen amparos contra los sellos frontales y, por el otro, por diversas organizaciones civiles que exigen mantener la NOM 051 para prevenir la obesidad, diabetes y otras enfermedades en México.

No obstante, aunque será mañana cuando el Poder Judicial resuelva el amparo en revisión 358/2022, sobre la constitucionalidad de las especificaciones generales que marca el etiquetado vigente para alimentos y bebidas no alcohólicas y preenvasados, así como su información comercial y sanitaria, la Ministra Yasmín Esquivel Mossa ya adelantó parte de la verificación realizada a las modificaciones a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, vigentes desde 2020.

De acuerdo con un comunicado de la SCJN, el etiquetado de alimentos y bebidas es constitucional y protege el derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, haciéndose efectivo el derecho a la protección de la salud de la población, en términos del Artículo 4, párrafos tercero y cuarto de la Constitución Federal.

Asimismo, se especifica que no existe transgresión al derecho de seguridad jurídica, como las marcas amparadas acusaron en un inicio, pues el Artículo 212 de la Ley General de Salud establece que corresponde a la Secretaría de Salud emitir todas las especificaciones sobre la naturaleza del producto y la información de las etiquetas y contraetiquetas.

SCJN: marcas vs. activistas por el etiquetado alimenticio

La Suprema Corte vuelve a estar en el ojo de la industria y de las organizaciones civiles, ambos defendiendo una postura contrapuesta sobre el proyecto de sentencia que se espera en México y que podría frenar el etiquetado frontal en los alimentos procesados.

Un lado de los implicados defiende el derecho a la propiedad intelectual, imagen, competencia económica y libre elección de consumo, mientras que otra se revela en contra de la promoción de alimentos y bebidas que dañen a la salud de niños, jóvenes y adultos.

Lucha de las marcas:

El lineamiento está vigente desde 2020, pero no ha dejado de generar reacciones sociales, comerciales y académicas, pues a raíz de la implementación de los cambios a la NOM 051 referentes al etiquetado de productos alimenticios, al menos 50 amparos fueron promovidos por empresas privadas como Nutrisa, McCormick, Del Fuerte y Herdez.

No obstante, en la larga travesía legal, el amparo que se discutirá el 9 de noviembre de 2022 es el de la refresquera Barrilito, al exponer que el etiquetado estigmatiza sus productos y se les concede un trato diferenciado respecto a otros productos; pero hasta el momento se augura que la marca pierda el recurso, pues es la Ministra Yasmín Esquivel Mossa quien formuló el proyecto y quien ya se ha proclamado a favor de la NOM 051.

La marca peleará contra la Norma Oficial Mexicana al considerar que esta no establece una autoridad que determine cuáles van a ser los productos que se excluyen del cumplimiento del etiquetado nutrimental, además, la refresquera señala que el documento de la Organización Panamericana de la Salud con el que el juez de primera instancia declaró el etiquetado constitucional por ser “una medida eficaz y eficiente que protege la salud pública de las personas” no fue utilizado en la elaboración de la NOM 051 ni en la Ley General de Salud.

Previamente, compañías como Jumex o Nestlé y proveedores mostraron su descontento; de hecho, según una investigación realizada por los doctores Simón Barquera y Juan Rivera, entre otros investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública, el 56 por ciento de los encuestados por Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) se opusieron al proyecto de modificación de la NOM-051, pero la mayoría de estos votos eran de personas que provenían de organizaciones no gubernamentales y de interés empresarial e industrial.

Entre los argumentos opositores se encuentra la violación de la propiedad intelectual e industrial y la protección al consumidor, además de que las marcas consideraron que sus ingresos y utilidades se verían afectados por un etiquetado que “no estaba sustentado en evidencia científica y que violaba los derechos humanos a la seguridad jurídica y la libertad de expresión”.

De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), desde que entró en vigor esta lucha de la industria, al menos 112 mil 884 productos fueron asegurados por incumplimiento de la NOM-051, entre ellos muchos de Barrilito.

La lucha de los activistas:

Organizaciones civiles se han vuelto a movilizar ante el análisis de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el nuevo proyecto de la Ministra Yasmín Esquivel Mossa.

Las manifestaciones de esta semana exigen mantener el nuevo etiquetado frontal de advertencia en los productos procesados para prevenir del sobrepeso y la obesidad.

El principal frente se compone de representantes de la Alianza por la Salud Alimentaria, Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor e instancias internacionales presentes en cartas “Amicus Curiae”.

En una movilización frente a la SCJN, activistas defendieron la NOM 051 con cifras de salud alarmantes en las que se muestra un incremento acelerado de muertes a causa del sobrepeso y la obesidad, donde se pasó de las 83 mil 614, en 2000, a 245 mil 090, en 2020, es decir, 27 personas cada hora en México.

Asimismo, exponen encuestas en las que la aprobación del etiquetado frontal por parte de los mexicanos asciende al 75 por ciento de la población y 85 por ciento entre el grupo de padres y madres de familia.

Las organizaciones manifestaron que el etiquetado ha propiciado la reformulación de productos como galletas, panes dulces, panes de caja, pastelillos, bebidas endulzadas, bebidas lácteas, entre otros, y ayuda a la población joven a mejorar su hábitos de consumo nutrimental.

SCJN: El proyecto de la Ministra Yasmín Esquivel Mossa

El análisis generado por Esquivel Mossa en la Suprema Corte de Justicia la Nación (SCJN) asegura haber sido trazado con evidencia científica que atiende a las mejores recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, de la Organización Panamericana de la Salud y de la Unicef sobre el nuevo etiquetado para alimentos y bebidas.

Además, analiza los distintos sistemas de etiquetado que existen, el internacional que se sustenta en recomendaciones de FAO y de la OMS; el interamericano, que retoma el perfil de nutrientes de la OPS y la experiencia exitosa de Chile; y el nacional, recientemente modificado en la NOM 051.

Asimismo, el documento de la Ministra recuerda que el etiquetado previo al de 2020, llamado GDA, no era una herramienta confiable y que investigaciones periodísticas documentaron interferencia de la industria en el diseño de esa etiqueta, pues incluso se hace hincapié en que uno de los funcionarios que lo diseñaron durante la administración de Enrique Peña Nieto, Patricio Caso, es ahora empleado de Coca Cola.

Ante dichos señalamientos, el Poder Legislativo y la Autoridad Administrativa, a cargo de la Secretaría de Salud y la Secretaría de Economía, cambiaron lineamientos de etiquetado y dieron pie a las mejores prácticas que se pudiesen aplicar en este momento, mediante el etiquetado de advertencia vigente.

Un punto que deja entrever esta lucha entre marcas y activistas es la resolución generalizada que se podría obtener para toda una industria, pues si el proyecto de Yasmín Esquivel Mossa obtiene mañana cuatro votos a favor, se marcaría un precedente obligatorio para los demás casos del etiquetado que existen actualmente, lo que quiere decir que se crea jurisprudencia aplicada para todos los recursos activos en la actualidad.

No obstante, habría que poner especial atención en los amparos de marcas que aún no son discutidos, pues el caso que está en la mira sólo considera características específicas del etiquetado y otros amparos están trazados en aspectos diversos del contenido, como la eliminación de personajes en los productos o las leyendas de edulcorantes y cafeína, los cuales tendrán que ser discutidos individualmente y pasar por este mismo proceso.

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