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De acuerdo con las estimaciones de las instituciones de salud en México, la pandemia de COVID-19 aún tiene varios meses
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En concreto, se espera que la situación de emergencia no pase por completo sino hasta octubre o septiembre
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Sin embargo, si no se siguen las medidas de mitigación, podría acabarse mucho antes con un alto costo de vidas humanas
La situación de la COVID-19 se ha vuelto particularmente compleja para prácticamente todo el público. Muchas empresas han tenido que detener operaciones y, para no irse a la ruina, han despedido, dejado de pagar o reducido los salarios de millones de personas. Otros pequeños negocios y compañías también están en riesgo de desaparecer, poniendo en riesgo el método de subsistencia de muchas familias. En México, se trata de una situación muy desesperada.
Y algunos agentes esperan que una parte del público reaccione violentamente a la crisis que provocará la COVID-19. En un comunicado, Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial dijo que se espera una serie de actos violentos de la población más adelante en la epidemia. En concreto, el presidente de la organización, Alejandro Desfassiaux, aseguró que podría haber saqueos de electrónicos en la Fase 3. Y en la Fase 4, podrían registrarse el robo de comida.
El experto señala que en la próxima fase de la COVID-19 en el país podría verse una serie de robos generalizados también en productos como joyas y dinero en efectivo. Para el periodo de mayor peligro de la pandemia, serían alimentos y medicamentos los más afectados. Se espera que estos incidentes sean más comunes en la capital, el Estado de México y Puebla. Esto, ya que empezaron a detectar grupos en redes sociales que llaman a estas acciones por la crisis.
Problemas sociales en medio de la COVID-19
A lo largo del todo el mundo, la situación de la pandemia está afectando mucho más allá que el sector salud. Varias empresas, entre ellas Apple, están dedicando parte de sus fábricas para la manufactura de productos y suministros médicos útiles ante la COVID-19. Varias empresas en el sector entretenimiento han tenido que posponer o modificar sus planes a futuro, ante la imposibilidad de continuar con la agenda. Incluso se registran posibles conflictos políticos.
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Si bien parecería que los temores del Grupo Multisistemas son exagerados, lo cierto es que se trata de una posibilidad. No solo es cierto que sí hay varios grupos que, incluso ahora, llaman al saqueo de tiendas con la “excusa” de la COVID-19. Ya en otros momentos difíciles del país algunas comunidades han recurrido a la delincuencia para tratar de sobrevivir. También, cierto, hay quienes solo aprovechan el caos y la confusión para poder sacar un provecho personal.
¿Hay forma de evitar estas consecuencias violentas de la COVID-19? Ciertamente hay formas de reducir su posible incidencia. Está el uso de la fuerza pública, pero no debería ser la única apuesta de las autoridades. También se deben de establecer medidas económicas fuertes que le ayuden a la gente a tener certeza sobre el futuro. Básicamente, es instaurar programas para que la gente no tenga que recurrir a crímenes y delitos para poder sobrevivir en el corto plazo.
Falta de coordinación económica
Desgraciadamente, no hay un panorama muy claro de cómo las autoridades de México van a afrontar la crisis financiera que se desate por la COVID-19. Claro, se han prometido créditos a las pequeñas empresas. También, en su Informe de Gobierno, detalló la creación de millones de empleos y algunos programas de apoyo a individuos y compañías. Sin embargo, muchos de los pequeños elementos de estas propuestas no han terminado de quedar muy en claro.
Y es que el reto de la COVID-19, en términos económicos, ya probó ser en extremo difícil. De acuerdo con Forbes, todo 2020 y 2021 estará lleno de empresas que soliciten la bancarrota a las autoridades. El Foro Económico Mundial (WEF) cree que la única forma de contener el problema es solucionar de raíz la crisis sanitaria, antes de pensar en soluciones financieras. En cambio, las Naciones Unidas temen que el golpe ayude a potenciar la pobreza y desigualdad.