Por Camila González
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Aunque parezca obvio el beneficio agregado de que una marca sea verde y aunque se crea que ya todo está inventado en ese sentido, aparecen todos los días pequeños brotes o ideas en pro del retorno de inversión a la madre tierra. Tal cual, retorno de inversión, porque más allá de las crisis, “argumento clichés”, que azota a los mercados, el desafío instante tras instante se enfoca más en la sostenibilidad. Sí, en la visión verde.
Esa mini-tendencia a la que me quiero referir hoy es la de esos productos y servicios que contienen “vida” y le apuestan a regresar al planeta algo de lo que de él han explotado. Esos productos, mucho más allá de ser desechados o incluso reciclados, son de nuevo sembrados, insertados en el origen. Algo así como el cierre del círculo de vida, y si las marcas contribuyen, a la vez que crean conciencia, pues qué más que ¡salud por esos esfuerzos!
Algunos ejemplos de productos “New Life Inside” que, claro, no resuelven los dilemas y hoyos de la capa de ozono, pero que está padre si se ponen de moda, son los palillos chinos To be nature que una vez utilizados se vuelven soportes pata plantas. Uno de los palillos se clava en la tierra para que las semillas que lleva adentro se siembren y germinen. El otro palillo será el soporte para que la planta crezca a su alrededor como una especie de enredadera.
De este estilo, hay lápices como el Sprout, que después de mucho uso se puede sembrar en contacto con el agua para que las semillas hagan lo propio. En particular, este proyecto ha recaudado más de 35.000 dólares procedentes de más de 2,000 presumers que lo han apoyado.
El hotel Chile Tierra Patagonia también le apuesta a algo dirigido a construir algo de vida de toda la que hemos acabado. La idea es dar a sus huéspedes una semilla de árbol virtual para que hagan seguimiento de su evolución. La cosa es así, cada visitante del hotel recibe un código y escoge en qué parte quiere que se plante su árbol. Cuando se van, a través de un enlace con google maps pueden estar pendientes de su bebé de ramas y hojas.
Otra idea es la de reforestación de la cerveza Molson Canadian a través de portavasos fabricados en papel con semillas, cuyo destino después de la fiesta es el de ser árbol. Más de un millón de portavasos se han distribuido desde junio de 2012, ¿qué porcentaje han sido plantados? Con que sea el 10% ya la ganancia es significativa.
Y así, se crea una conciencia que compromete tanto a los productos de consumo como a los usuarios y consumidores de los productos. Y ahí es donde es intangible e invaluable el valor del renacer dentro de las marcas mismas.