Por Alfredo Cervera y Ernesto Franco
Los problemas de los mercadólogos durante 2009 van desde decrementos en el poder de compra hasta la predilección por ahorrar sobre la construcción de marca.
En un panorama en donde el presupuesto en comunicación disminuye bajo el filo de los criterios del director de finanzas y la construcción de marca, pocos quisieran estar en los zapatos de los mercadólogos.
Aunque se encuentran entre los mejor pagados de las compañías, no están exentos de los recortes de personal que tuvieron lugar a finales de 2008. Además, las oportunidades de crecimiento son más grises en relación con años anteriores; si antes el director de marketing era el candidato ideal para ascender al mando general de la empresa, en los últimos meses ese puesto es ocupado por el chief financial officer. De ese modo, en medio de una situación de crisis, sólo quienes se conviertan en una pieza clave para construir la marca de un producto tendrán como recompensa —más allá de los bonos de productividad y demás prestaciones— conservar su trabajo.
Más inflados, bolsillos vacíos.
Este panorama gris para quienes laboran en el área de mercadotecnia es consecuencia de la situación económica en general. De acuerdo con el Instituto de Finanzas Internacionales, México se contraerá un 0.4 por ciento en 2009. Con una inflación del 4.5 por ciento y un aumento salarial de la misma cantidad, quienes laboran en nuestro país perderán aún más poder de compra debido a la inflación del 6.5 por ciento que tuvo lugar durante 2008.
Por otra parte, se espera un mayor empobrecimiento de los sueldos como consecuencia del desempleo —la alta demanda por trabajo ante pocas plazas disminuye el valor de la oferta—, que será en este año del 5.7 por ciento, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
En el caso de los mercadólogos, de acuerdo con datos de Merca2.0, por primera vez en mucho tiempo tendrán una pérdida considerable en su capacidad adquisitiva, que llegó a disminuir hasta en un 5 por ciento, en comparación con el 2 por ciento estimado para el resto de los trabajadores.
