El fraude electrónico contra empresas puede tener un efecto negativo mucho más allá del impacto en resultados financieros, ya que puede afectar su crecimiento y metas de negocio, por lo que es todo un desafío “administrar el riesgo”, según un reciente informe de Vesta.
La firma que ofrece soluciones de pago multicanal para combatir el fraude argumentó que ese desafío deben enfrentar sobre todo comerciantes electrónicos.
“Enfrentados a la urgente necesidad de administrar mejor sus costos de fraude mientras maximizan el rendimiento, los profesionales del comercio electrónico pueden comenzar por monitorear puntos de datos específicos para medir sus sistemas actuales de mitigación de riesgos. Dado que hay muchos indicadores de rendimiento posibles, es esencial identificar dos o tres indicadores clave que afecten el rendimiento general”, señaló.
Conocidos como indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés), se enfocan en áreas operativas centrales dentro de un sistema de prevención de fraudes, tales como tasa de ataque, que es la medición de intentos concentrados de fraude.
Asimismo, la tasa de aprobación/denegación, que es la medición de resultados de decisiones de autorizaciones bancarias, sistemas de fraude o revisiones de pedidos; y la tasa de conversión, que es la medición del porcentaje de pedidos exitosos compensados y enviados.
El e-commerce debería realizar el seguimiento de estas métricas por canal y tipo de producto para obtener una visión más profunda de las áreas de riesgo, así como para monitorear y anticipar picos de fraude potencialmente estacionales.
Sin embargo, aclaró que los citados indicadores “no son la fórmula mágica de la optimización inmediata”, pues existen desafíos en el uso de éstos cuando se les malinterpreta o cuando no se les ubica en el contexto correcto, o bien, no tienen una alineación operacional con los objetivos comerciales estratégicos.
Recolectar demasiados datos puede dificultar la interpretación de la información, del mismo modo que centrarse en las microvistas puede degradar el proceso general de toma de decisiones empresariales, advirtió.
Puntualizó que el estafador de hoy está siempre un paso adelante del comerciante, ya que experimenta con las últimas tecnologías para encontrar cualquier brecha que permita la actividad delictiva.
Con las medidas correctas y el proveedor de fraudes implementado, los comerciantes de hoy pueden estar seguros de que sus ingresos obtenidos con tanto esfuerzo estarán seguros y disponibles para invertir en crecimiento e innovación, añadió.