Hasta hace 20 años uno de los rubros para medir la riqueza y el bienestar de la población de un país era el analfabetismo, sin embargo, junto con el desarrollo tecnológico, saber leer y escribir se convirtió en un factor casi insignificante en comparación con el entender, saber utilizar y tener acceso a tecnologías de la información y comunicación.
En la actualidad las personas que no han accedido al uso de estas tecnologías como parte de su educación, empleo o recreación, continúan perpetuando las desigualdades económicas, sociales y culturales, lo que tiene un gran impacto en la exclusión de millones de personas.
En el mundo las nuevas tecnologías han redefinido los modelos de negocio, de esta manera, algunas empresas de la mano de las TIC han sabido aprovechar vacíos y necesidades sociales y se han convertido en multimillonarias compañías, como el caso de Amazón, ese es un ejemplo gigantesco pero el impacto también beneficia a pequeñas compañías que han tenido los ojos grandes para hacer negocios, mejorar los existentes o mejorar su eficiencia, todo, con el uso de la tecnología.
En México hay 84.1 millones de usuarios de internet y 88.2 millones de usuarios de teléfonos celulares, es decir aunque estas cifras representan cerca del 70 por ciento del total de la población, aún 45 millones de personas no tienen acceso Internet y un poco menos a teléfono celular, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020.
La encuesta estima que 78.3% de la población ubicada en áreas urbanas son usuarios de Internet, mientras que en el área rural la proporción es de 50.4 por ciento, lo que hace evidente el rezago, sobre todo entre lo que menos tienen en las zonas rurales del país. Si la comparación se realiza con otros países de primer mundo la brecha es aún mayor, por ejemplo, en Estados Unidos 94.6 por ciento de la población tiene acceso a Internet.
La problemática es clara pero ¿De quién es la responsabilidad de cerrar esta brecha?, el problema es multidimencional y en su solución deben participar todos los actores de la sociedad: el gobierno que deberá fomentar programas sociales y educativos que promuevan el uso de la tecnologia; las empresas que deberán proveer servicios eficientes y con precios competitivos, aún más, con precios dferenciados, por ejemplo, con costos preferenciales para los estados con mayor rezago y claro, la población que independientemente de su edad y su condición social deberá tener el compromiso de adptarse y aprender, en medida de lo posible, el uso de las innovaciones.
También es necesaria la aportación de las universidades e institutos para concoer el panorama que enfrenta México, si bien, el nivel de acceso a Internte es cercano a 70 porciento de la población, será importante conocer especificamente para que se utiliza la herramienta y si no creará en el futuro una población apta para el uso del Internet pero con un uso oseoso y poco productivo.