El gobierno ficticio que encabezaba el demócrata Jed Bartlet, tenía cinco capaces asesores de toda la confianza del presidente que era encarnado por el gran actor Martín Sheen. El Ala Oeste ganó más de 20 premios Emmy y dejó lamentablemente de ser emitida en el 2006 luego de siete temporadas.
Por cierto, el gabinete ficticio al cual me refiero, se reunirá para estelarizar un programa especial producido por el afamado Aaron Sorkin y que será difundido por HBO Max antes del 3 de noviembre próximo para crear conciencia en el americano y salga a votar.
Lo anterior que nos sirva como contexto y a su vez para recordarnos, que uno de los capítulos de la mencionada serie, se refiere a la selección de un nuevo juez ante la jubilación de uno de los miembros de la Suprema Corte de Justicia Americana.
Solo como anécdota el cargo recayó en el Juez Mendoza que sintonizaba muy bien con las políticas públicas de ese gobierno. Esa ficción se vuelve realidad dado que Donald Trump tiene ahora, por coyuntura, la posibilidad de seleccionar a un juez afín ante el fallecimiento de Ruth Bader.
Ruth Bader Ginsburg, célebre bastión liberal, falleció a los 87 años dejando un gran hueco en el buró de justicia americano, pero también una encrucijada para el actual presidente toda vez que está a menos de 50 días de su reelección y cualquier movimiento sin pericia no sería bien recibido.
El dilema a resolver para el War Room Trumpista es que el partido al cuál representan, el Republicano, se opuso firmemente en el pasado a que Barack Obama, Demócrata, nominara al Juez Mermick Garland para suceder al poderoso conservador Antonin Scalia.
En aquel entonces, los líderes republicanos argumentaron que Obama no podía buscar un sustituto de Scalia en época electoral. Ahora se presenta el mismo escenario y se considera que el partido gobernante debería aplicar el mismo principio de igualdad. ¿Tendremos un acto de civilidad política?
Se menciona con insistencia a la Juez Conservadora Amy Coney Bene como posible sustituta de Bader, lo cual sería un gran apoyo a los programas de Trump.
Los dados políticos se mueven y será decisión del Congreso lo que deba decidirse. Para comunicadores políticos y mercadólogos resultará muy aleccionador el cabildeo que se instrumente en el Capitolio y en el Salón Oval.
Nos encontraremos más adelante.