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Rusia ha negado firmemente que algún grupo relacionado a su gobierno esté robando información sobre vacunas extranjeras
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El grupo que está obteniendo detalles de fármacos anti-COVID también se conoce por los nombres “The Dukes” y “Cozy Bear”
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Según la NCSC, los ataques detectaron vulnerabilidades en las organizaciones afectadas y las explotaron
En todo el mundo, varias agencias y marcas están en una carrera por encontrar la vacuna perfecta para luchar contra la COVID-19. De lo contrario, es poco probable que se pueda aspirar a un verdadero regreso a la “nueva normalidad” sin un constante riesgo de brotes mortales. Por supuesto, no todos los agentes del mundo están teniendo el mismo éxito que el resto. Y hay algunas instituciones que no tienen miedo de jugar sucio, si lo creen necesario.
Dicho contexto es relevante por las noticias que comparte TechCrunch. De acuerdo con el Centro de Cyber Seguridad Nacional (NCSC) de Reino Unido, un grupo de hackers rusos han estado robando información de vacunas anti-COVID. El informe apunta que el infame equipo APT29 se las ha arreglado para obtener información del progreso de varias organizaciones en Estados Unidos (EEUU), Canadá y el país europeo. Su reporte se encuentra en el sitio oficial.
Según la NSCS, el grupo ruso ha estado usando los malware WellMess y WellMail para poder obtener información sobre las vacunas anti-COVID. Si bien no se confirmó que estos datos son los que se han estado buscando, sí se mencionó que es “altamente probable” que hayan obtenido estos registros. Específicamente, reportes sobre el desarrollo y los resultados de las pruebas de estos fármacos. Es incierto qué uso le daría el gobierno de Moscú a estos insights.
La carrera por la vacuna contra la COVID-19
A lo largo de los últimos meses, las compañías y organizaciones farmacéuticas han invertido mucho dinero en crear un compuesto efectivo para prevenir o combatir la actual pandemia. Constantemente las marcas han anunciado que tienen una vacuna efectiva contra la COVID, mandando sus acciones al cielo. Incluso hay estimados de un fármaco probado para finales del año. Sin embargo, hay quienes sugieren que la inmunidad podría ser algo imposible.
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Volviendo al caso de la intervención informática de Rusia, es probable que el gobierno de Moscú esté espiando los avances de los países anglosajones para su propia vacuna. Una que, según El Universal, podría estar lista en octubre. Y que podría ser de las primeras que llegue a América Latina, considerando el precedente del Avifavir que expone Reporte Índigo. Así pues, no se trata de un incidente menor. Esto podría darle ventaja en la lucha contra la COVID-19.
Y Moscú tendría mucho que ganar si en efecto está robándose los datos de las vacunas anti-COVID de Canadá, EEUU y Reino Unido. De nuevo, se trata de un fármaco que estará en gran demanda en todo el mundo, potencialmente trayendo una enorme ventaja económica al país que llegue primero a la solución. Incluso si se da sin costo alguno, podría ayudar a cimentar la posición política de la administración en cuestión a escala global. Algo que conviene a Rusia.
Problemas en la búsqueda de la vacuna
Sin embargo, el camino hacia un fármaco anti-COVID ha probado ser muy difícil. Los grandes laboratorios del mundo apenas empezaron hace unas semanas las pruebas en humanos, que aún tomarán un tiempo para probar la seguridad de la vacuna. Sanofi también sirvió como un controversial caso para poner el foco en cómo se distribuirán los insumos que se produzcan. Y a eso se debe sumar la prevalencia de las teorías de la conspiración que afectan el desarrollo.
Los expertos de la industria presentan otros retos a la producción de la vacuna contra la COVID-19. De acuerdo con The Conversation, las pruebas se han acelerado tanto para tener un fármaco viable lo antes posible, que se pueden tener riesgos de seguridad sanitaria. Hay también varios estudios que reafirman que la situación actual no tiene precedente, y por lo tanto se están creando muchas reglas en el camino. Y hay que sumar las barreras del WEF.