Rusia y Turquía se encuentran en una disputa política tras el derribo de un caza ruso por partes de fuerzas turcas en territorio sirio, lo cual ha desencadenado diversas consecuencias de índole comercial y político, como la prohibición para importar frutas y verduras provenientes de Turquía al territorio ruso, así como una fuerte tensión diplomática que ahora se ha potenciado por la acusación del Kremlin que asegura que Turquía se está beneficiando del tráfico de petróleo robado por el Estado Islámico.
La acusación recae en el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien presuntamente se estaría beneficiando de tráfico de petróleo orquestado por el Estado Islámico y el cual ha sido robado de distintas regiones de Siria e Irak.
Anatoli Antónov, viceministro de defensa de Rusia, está por publicar información que prueba las acusaciones emitidas, estos después de que el gobierno de Turquía rechazara tal beneficio y retara a Moscú a probar las afirmaciones emitidas.
La situación entre Rusia y Turquía se encuentra tensa y en cualquier momento podría aumentar las consecuencias comerciales y políticas entre ambos países, ya que hasta ahora los líderes de ambas naciones se han negado a negociar, después de que Turquía se negara a emitir una disculpa pública y negara la versión rusa del derribo del avión militar sobre territorio sirio.
El conflicto entre ambas naciones es tan sólo una de las rampas que componen la tensa situación en Medio Oriente, donde los desplazados sirios y la guerra contra el Estado Islámico está generando múltiples fenómenos sociales, donde internet y los medios de comunicación se han convertido en pieza clave sobre los acontecimientos que ocurren en Siria y territorios implicados en el conflicto, como en el caso de Bruselas y la participación activa de los usuarios de redes sociales para apoyar a la policía.