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Influencer se entera de que es la imagen de la cultura y el arte mexicano en una de las exhibiciones instaladas en los baños del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
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La joven asegura que no tenía conocimiento de que las fotos artísticas para las que posó serían usadas en la obra emblema del Gobierno federal, pues no firmó consentimiento.
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Mediante un video, Rubí Quiroz pide ayuda a la comunidad digital para hacer valer sus derechos ante la negativa de las personas para las que colaboró con la fotografía.
Luego de posar en ‘body paint’ para un “proyecto de colaboración”, la artista Samanta Rubí Quiroz no se imaginaría que su imagen sería una pieza fundamental en la exhibición de la cultura mexicana instalada en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y que tendría que enterarse de ello a través de sus seguidores.
De acuerdo con un video viral, la influencer denunció que las fotos que adornan los baños del recién inaugurado aeropuerto son producto de una estafa de la que fue víctima.
“Me han estado mandando fotos de mí desnuda, donde aparezco en el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles con pintura corporal, en donde me siento muy vulnerable.Me siento muy triste por la forma en que se dieron estas sesiones de fotos, ya que fui engañada y estafada por las personas que me las tomaron”, dio a conocer.
En el video, compartido a Laura Brugés y distribuido a Radio Fórmula, la joven también expone que por medio de mensajes de texto un grupo se comunicó con ella para pedirle colaborar en una iniciativa sin fines de lucro ni exposición, donde sólo prestaría su imagen como colaboración para los fotógrafos.
?Video | Las fotografías de la artista Samanta Rubí Quiroz donde posa desnuda fueron usadas sin su consentimiento para los baños del aeropuerto de Santa Lucía.
Video: Laura Brugés. pic.twitter.com/AhIZccp2k6
— Grupo Fórmula (@Radio_Formula) June 20, 2022
Ruiz Quiroz pide desesperadamente ayuda a los medios y seguidores de plataformas digitales que la ayuden a viralizar su caso, pues asegura sentirse vulnerable y violentada en sus derechos, ya que ni el Gobierno federal a cargo de la obra emblema ni los realizadores de la sesión de fotos se han hecho responsables del uso de su imagen sin firma de autorización o remuneración económica.
“Resultaron aprovecharse de mí, de mi inocencia, para vender esas fotos; resulta que no tengo derecho a nada”, reprochó, la joven protagonista de algunos carteles desplegados en el AIFA donde, de manera artística, pero con desnudos, hace alusión a la característica Catrina mexicana.
Y es que, según cuenta Samanta Rubí, al contactar a los realizadores de las imágenes colocadas en uno de los 36 sanitarios de la sede aeroportuaria, estos le dijeron que no le darían ni un sólo peso por exhibir las tradiciones y costumbres de la cultura mexicana en una serie fuera de su conocimiento.
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