La responsabilidad social empresaria debe ser mucho más que una proclamación. No puede ser sólo parte de la estrategia, sino del sentir de las empresas. Si no es así, no sirve.
Un interesante ejemplo de RSE es el que se ha comenzado a llevar adelante en la ciudad argentina de Villa Carlos Paz, la segunda ciudad turística del país en cuanto a infraestructura hotelera.
Allí, desembarcó el proyecto “Albergo Ético”, impulsado por la Fundación Unidos por la Inclusión Social (Upis) y el apoyo de la Asociación Hotelera y Gastronómica de la ciudad.
“Carlos Paz se convertirá en la primera ciudad del país que contará con establecimientos hoteleros atendidos por grupos de jóvenes con síndrome de Down y discapacidad intelectual”, dio a conocer La Nueva Mañana. “La novedosa iniciativa se basa en la experiencia italiana existente en la ciudad de Asti, en la región del Piamonte, donde se encuentra el único hotel a nivel mundial cuyo personal está integrado en un 50 por ciento por jóvenes con síndrome de Down”, agrega el medio local.
Si bien la idea original era adquirir un hotel y replicar lo que se hace en Italia, el alto costo de la inversión hizo que se readaptara.
Un dato es muy importante y hace aún más interesante la idea. No se trata de un programa de inclusión laboral, no es el objetivo “darles un trabajo” a estos jóvenes. “Ellos ingresan a un programa que se llama Download, que se lleva a cabo dentro de un hotel porque es un lugar donde las personas hacen todas las acciones que realizan en su vida diaria, tanto sea en una cocina, en un dormitorio o en un baño. Y tiene además una recepción, donde se fomenta la interacción con la gente”, explicó la coordinadora de Upis a La Nueva Mañana.
¿Qué buscan? Autonomía. Que dejen de depender de sus familias y del Estado. Luego de superado el programa, cada uno podrá buscar hacer lo que más les guste.
Por ahora, mediante un acuerdo con los hoteleros locales, comenzarán en uno de ellos (“El Cid”). También hay otros cuatro hoteles interesados. Todo esto, hasta que puedan adquirir uno propio.
A cada grupo de jóvenes que se incorporan a los hoteles, ingresa también un veedor de las tareas que desarrolle. Esto es para no dejar solo al empresario hotelero, y ambas partes puedan sacar lo mejor de esa experiencia.
La fecha original para llevar adelante esta experiencia era octubre, aunque la intención es que primero, los elegidos, viajen a Italia y vivan la experiencia en el hotel original.